En el marco de los festejos por su 80º aniversario, el Colegio de Farmacéuticos de Necochea llevó adelante una significativa jornada ambiental y comunitaria en el Parque Miguel Lillo, donde se plantaron ocho robles y ocho encinas, en representación de cada década de vida institucional.

La actividad contó con la participación de la Mesa de Consenso del Parque —espacio integrado por el municipio y diversas instituciones locales— y del equipo del Vivero Municipal. La plantación se realizó en una zona cercana a la calle 103, con el objetivo de fortalecer el vínculo de la comunidad con el espacio verde más emblemático de la ciudad.

Gabriel Traversini, representante del Colegio, destacó el valor colectivo de la iniciativa y expresó su agradecimiento “a la Municipalidad, a toda la gente que trabajó en esta iniciativa y a los guardaparques”, subrayando que la acción fue posible gracias a un trabajo conjunto que comenzó “desde la semilla hasta los árboles que hoy plantamos”.

Traversini explicó que la idea de plantar robles surgió al reflexionar sobre el aniversario: “El número 80 nos llevó a pensar en el roble, un árbol que simboliza fortaleza, interés y valores que se vinculan estrechamente con nuestra profesión”.

Inicialmente, la propuesta contemplaba plantar un solo ejemplar, pero el proyecto tomó más fuerza y terminó materializándose con 16 árboles: “Recibimos una apuesta generosa y hoy colocamos ocho robles y ocho encinas, una por cada década vivida por el Colegio”, indicó.

El referente también compartió el significado personal de la actividad: “Hacer esto en el Parque, un lugar que amo desde que vivo en Necochea, representa mucho más. Nuestro compromiso, junto al vivero municipal y los guardaparques, es cuidar estos árboles para que crezcan. Podemos decir ‘por 80 años más’, aunque un roble dura mucho más y será testigo de nosotros y de las nuevas generaciones de farmacéuticos”.

Como parte del compromiso ambiental, el Colegio de Farmacéuticos asumirá el rol de padrino de los ejemplares, lo que implica su cuidado activo durante los primeros años de vida, fundamentales para su correcto desarrollo.

Desde el municipio, la ingeniera forestal Andrea Frigerio —directora Forestal e integrante del equipo del Vivero Municipal— valoró la acción y dio detalles sobre el origen de los árboles plantados: “Las encinas que plantamos tienen seis años de vida y los robles cinco. Todas fueron producidas en el vivero municipal a partir de semillas recolectadas por nuestro personal, algunas en Necochea y otras en la ciudad de La Plata”.

Frigerio destacó que esta plantación representa el resultado de un trabajo prolongado del área: “Que hoy estén siendo plantadas aquí nos llena de orgullo, porque son parte de un trabajo de muchos años”.

La jornada cerró con la participación activa de numerosos profesionales del Colegio, que se sumaron a la propuesta dejando por unas horas sus farmacias para formar parte del evento. Traversini sintetizó el espíritu del encuentro al afirmar: “Es muy gratificante lo que significa plantar un árbol; en este caso ocho, con el simbolismo de las ocho décadas de nuestra historia como institución”.