

El hallazgo corresponde a un submarino alemán de la Segunda Guerra Mundial, identificado a 77 años después de su arribo a Argentina. Según explicó el periodista e investigador Abel Basti, coordinador del proyecto:
“El casco presenta signos de haber sido deliberadamente explotado. Una prueba irrefutable de un exitoso plan de escape ideado por el Führer antes de que terminara la guerra”.
El proyecto Eslabón Perdido, conformado por profesionales y voluntarios de distintas disciplinas, se dedica a localizar naufragios no registrados en el Mar Argentino y a investigar su historia. El hallazgo de este submarino, de 80 metros de eslora, no tiene antecedentes en el país, y su identificación fue validada por la Prefectura Naval Argentina y el Servicio de Hidrografía Naval, que incorporó el casco al Derrotero Argentino y a las cartas náuticas oficiales.
El proyecto ya había recibido reconocimiento de los municipios de Necochea y Lobería, y contó con la colaboración de la Junta Vecinal de Arenas Verdes, la Asociación Amigos del Museo y Archivo Histórico de Necochea y el Museo La Lobería Grande. La investigación combinó testimonios de pescadores y pobladores locales, archivos históricos, diarios de época y tecnología de punta, como sonar de barrido lateral y ROV (vehículo submarino remoto), para garantizar una búsqueda no intrusiva y precisa.
Con la aprobación del Senado, el proyecto obtiene respaldo institucional nacional, quedando pendiente la confirmación del Poder Ejecutivo, lo que permitirá continuar con la investigación y la difusión internacional del hallazgo. Este reconocimiento consolida a Quequén y Necochea como epicentro de un descubrimiento histórico de alcance nacional y relevancia científica.
El hallazgo representa un hecho sin precedentes en la historia naval argentina, ya que se trata del primer naufragio de gran envergadura sin registro previo ni historia conocida, a diferencia de otros casos documentados como el bergantín goleta Republicano o la corbeta británica Swift.