

Sorprendentemente, el Gobierno anunció la reactivación de las obras de dragado en la Cuenca Interprovincial del Río Salado, paralizadas desde hace meses. La comunicación oficial destacó que la obra permitirá:
Prevenir inundaciones y mitigar sequías.
Mejorar el manejo del recurso hídrico mediante ensanche y profundización del cauce.
Construir reservorios y nuevas secciones de conducción.
Primera etapa: 33,4 km de dragado entre el cruce del río con la Ruta Nacional 205 y la localidad de Ernestina, partido de 25 de Mayo.
Extensión total del proyecto: 760 km atravesando San Luis, Córdoba, Santa Fe, La Pampa y Buenos Aires.
Volumen de movimiento de suelo: más de 19 millones de m³.
Impacto esperado: recuperación de hasta 5 millones de hectáreas cultivables.
El anuncio, aunque positivo, llega en un contexto de malestar generalizado. Según CARBAP, 3 millones de hectáreas están bajo agua o inaccesibles, afectando gravemente la producción. Los productores denuncian que los fondos del Fondo Hídrico, destinados a financiar estas obras, están siendo desviados para cubrir otras necesidades fiscales y alimentar la “timba financiera”, generando indignación en el sector.
El Plan Maestro Integral de la Cuenca del Salado, diseñado en los años 90, es un megaproyecto pensado como solución definitiva a las inundaciones y sequías. Sin embargo, su ejecución histórica ha sido irregular:
Cada cambio de gobierno detuvo o ralentizó la obra.
Se convirtió en una herramienta de disputa política entre Nación y Provincia.
Su paralización prolongada generó pérdidas millonarias y falta de previsibilidad para los productores.
Gobierno Nacional: prioriza la austeridad fiscal y asegura que la obra se ejecutará de manera progresiva.
Gobierno Provincial (Axel Kicillof): denuncia recortes en la obra pública y retención de fondos de emergencia por parte de Nación.
Federación Agraria (Andrea Sarnari): “Es una buena noticia, aunque la obra demorará aproximadamente un año en completarse”.
CRA (Carlos Castagnani): “Nos dieron todos los detalles de la obra, es una noticia esperada, pero necesitamos que se ejecute de manera continua”.
La obra representa una inversión estratégica para la Provincia de Buenos Aires y otras regiones productivas del país. Su finalización permitirá:
Recuperar tierras productivas perdidas por inundaciones.
Dar previsibilidad a productores y comunidades rurales.
Evitar que decisiones fiscales y políticas afecten directamente la producción agrícola.