El pasado miércoles 8 de octubre, en las instalaciones del Instituto Superior de Formación Docente Nº 31 de Necochea, se desarrolló un Aula-Taller de Vida en la Naturaleza y Deportes en la Naturaleza, una propuesta educativa que buscó ir más allá del concepto tradicional de campamento para repensar la relación entre las personas, la educación y el medio ambiente.

La jornada nació de una invitación del profesor Martín Castiglioni y su ayudante de cátedra, Agustín Martínez, al profesor Carlos “Pino” Mancino, reconocido referente local en actividades de vida, ambientalismo y deportes al aire libre. El encuentro formó parte de un proyecto de intercambio y apertura institucional, que busca integrar a profesionales de distintas disciplinas de la comunidad en el proceso formativo de los futuros docentes.

Durante el taller, los participantes abordaron de manera interactiva y teórica los fundamentos de la Vida en la Naturaleza, vinculándolos con los Deportes en la Naturaleza. Se realizaron ejercicios prácticos y reflexivos sobre supervivencia como deporte educativo, técnicas básicas de orientación y cartografía, y dinámicas de pensamiento lateral, todo con el objetivo de fomentar la conciencia sobre el lugar que ocupa el ser humano en su entorno natural.

Desde la organización destacaron la importancia de impulsar proyectos interdisciplinarios que promuevan el trabajo en equipo, la colaboración y el desarrollo de las capacidades individuales de los estudiantes. En este sentido, la propuesta se enmarca en un nuevo paradigma educativo —tanto a nivel nacional como internacional— que entiende que el aprendizaje no se limita al aula, sino que se construye en contacto con la naturaleza y la comunidad.

“La vida en la naturaleza no es solo dormir en carpa...y?”, fue una de las frases que resumió el espíritu del encuentro, que apuntó a mostrar la amplitud de actividades y saberes que se integran en esta modalidad educativa. Ciencias naturales, educación física, geografía, arte y convivencia social se cruzan en este tipo de experiencias que, más allá de la técnica, buscan despertar sensibilidad, respeto y conciencia ambiental.

Esta primera jornada fue el punto de partida de un ciclo de actividades que continuará desarrollándose en el ISFD Nº 31, con el objetivo de consolidar espacios de aprendizaje en contacto con la naturaleza y fortalecer la formación de los futuros docentes de nuestro distrito.