

Pese a la solución inmediata, los choferes manifestaron su malestar y frustración ante la demora: “Una tomada de pelo. Ante la amenaza de paro aparece la plata”. Además, cuestionaron la actuación de la UTA, señalando que el gremio debería haber propuesto la retención de tareas desde el 7 de octubre, día en que venció el plazo legal para el cobro de los haberes, lo que habría ejercido mayor presión sobre las empresas.
El conflicto refleja un historial de problemas en el transporte público de Necochea, donde las concesionarias enfrentan unidades antiguas y sucias, recorridos desactualizados, frecuencia reducida y paros frecuentes, generando preocupación entre usuarios y trabajadores.
Aunque el paro fue finalmente descartado, la situación evidencia las tensiones entre gremio, empresas y trabajadores, y pone en el centro del debate la necesidad de mecanismos más efectivos para garantizar los derechos laborales en el transporte urbano de Necochea.