martes 21 de octubre de 2025 - Edición Nº3306

Sociedad | 21 oct 2025

RECOMENDACIONES Y CUIDADO

Consejos para mantener tu ropa como nueva sin gastar de más

12:13 |Mantener la ropa en buen estado no requiere grandes gastos: con hábitos sencillos, cuidados adecuados y atención a detalles como lavado, secado y almacenamiento, es posible prolongar la vida útil de las prendas, conservar su color y forma, y además contribuir al ahorro y la sustentabilidad.


La ropa es una inversión, no solo de dinero, sino también de tiempo y cuidado. Cada prenda que usamos refleja parte de nuestra personalidad y estilo, por eso mantenerla en buen estado es una tarea que vale la pena. Sin embargo, no siempre es necesario gastar una fortuna en productos especializados o servicios de tintorería para conservarla impecable.

Cómo cuidar las prendas desde el primer día

Antes de pensar en detergentes o ciclos de lavado, hay que entender que el cuidado de la ropa empieza incluso antes de usarla por primera vez. Leer las etiquetas es fundamental. Esas pequeñas instrucciones indican la temperatura adecuada, si puede plancharse o no, y si se recomienda el lavado a mano o a máquina.

A partir de este punto, es clave considerar cómo el lavarropas que adquiriste en el último Cyber Monday puede influir en la durabilidad de las prendas. Utilizar el programa correcto, con el nivel de agua y temperatura adecuados, es esencial para no dañar tejidos delicados o de colores intensos. Por ejemplo, las telas de lana o seda necesitan ciclos suaves, mientras que la mezclilla o el algodón grueso soportan mejor los lavados más prolongados.

Separar, clasificar y cuidar los colores

Uno de los errores más comunes al lavar la ropa es mezclar todo sin pensar. Aunque parezca una pérdida de tiempo, separar las prendas por color y tipo de tejido hace una gran diferencia. Las prendas oscuras deben lavarse aparte para evitar que suelten color sobre las claras. Asimismo, las telas delicadas deben colocarse en bolsas de malla o lavarse a mano.

También es útil voltear la ropa al revés antes de lavarla. Esta simple acción protege las fibras y los estampados del roce directo con otras prendas o con el tambor del lavarropas. Además, reduce el desgaste que provocan los detergentes fuertes y prolonga la intensidad de los colores.

El detergente adecuado: menos, es más

Elegir el detergente correcto no solo influye en la limpieza, sino también en la conservación de los tejidos. No es necesario usar grandes cantidades; de hecho, el exceso puede dejar residuos en las fibras, volviéndose más rígidas o afectando su color. Para prendas delicadas, lo ideal es optar por detergentes líquidos suaves o fórmulas diseñadas específicamente para este tipo de telas.

En cuanto a los suavizantes, deben usarse con moderación. Aunque dejan un aroma agradable, en algunos tejidos, como las toallas o la ropa deportiva, pueden reducir la capacidad de absorción o elasticidad. Un consejo práctico es alternar su uso o reemplazarlos por vinagre blanco, que neutraliza olores y suaviza de manera natural.

El poder de secar correctamente

Una vez que la ropa sale del lavarropas, el cuidado no termina ahí. Elegir el centrifugado adecuado y el método de secado correcto ayuda a conservar mejor las prendas. En caso de duda, siempre es útil revisar las indicaciones del equipo, como las que ofrece un lavarropas Longvie, para seleccionar el ciclo más suave posible.

Respecto al secado, es mejor evitar el sol directo, ya que puede desgastar los colores y debilitar las fibras. Lo ideal es dejar la ropa a la sombra, en un lugar ventilado, para mantenerla fresca y en buen estado por más tiempo.

Cómo debemos mantener la ropa para que dure más

 Guardar las prendas limpias y completamente secas es esencial para evitar la aparición de moho o malos olores. Las perchas deben elegirse según el tipo de prenda: las más anchas para abrigos o sacos, y las más delgadas para camisas o blusas.

Otro consejo útil es evitar abarrotar el clóset. Dejar espacio entre las prendas permite que respiren y evita que se deformen. También es recomendable rotar la ropa con frecuencia: usar siempre lo mismo provoca que ciertas prendas se desgasten más rápido, mientras que otras permanecen nuevas por mucho tiempo.

Cómo dejar la ropa como nueva

Recuperar el aspecto original de la ropa no es imposible. A veces, las prendas pierden brillo y suavidad con el uso, pero pequeños trucos pueden ayudarlas a revivir. Por ejemplo, añadir media taza de vinagre blanco en el enjuague elimina los residuos de jabón y restaura la suavidad natural de las telas. Para los colores apagados, una cucharada de sal en el primer lavado ayuda a fijar los pigmentos.

El planchado también influye en la apariencia. Usar la temperatura adecuada para cada tejido evita brillos indeseados o quemaduras. Si la prenda lo permite, es preferible planchar del revés o colocando un paño entre la tela y la plancha. Además, los vaporizadores o planchas a vapor pueden ser aliados perfectos para mantener las prendas lisas sin tanto esfuerzo.

Cómo conservar la ropa nueva

Una vez que la ropa ha sido usada, es importante no dejarla acumulada por días antes de lavarla. La humedad y el sudor pueden dañar las fibras o causar manchas difíciles de remover. Si no es posible lavar de inmediato, se recomienda colocarla al aire libre para que se ventile.

Guardar las prendas nuevas con bolsas protectoras de tela puede ser una buena opción, especialmente si se trata de ropa de temporada o de materiales finos. Las fundas de plástico, en cambio, pueden atrapar humedad y causar daños a largo plazo.

Cómo eliminar la energía de la ropa

Más allá de la limpieza física, existe otro tipo de “carga” que puede acumularse en la ropa: la energía estática o incluso las vibraciones que algunos asocian con el uso diario. Para eliminar la estática, un truco simple es colocar una bola de aluminio dentro de la secadora o colgar las prendas cerca de una fuente de vapor, como el baño después de una ducha.

En cuanto a la energía más simbólica, algunas personas prefieren “descargar” la ropa exponiéndose al aire fresco o a la luz natural por unos minutos. Esto no solo ayuda a eliminar olores, sino que también deja una sensación de frescura. Otras prácticas incluyen el uso de esencias naturales, como lavanda o eucalipto, dentro del clóset, lo que también mantiene alejadas a las polillas.

Pequeños hábitos que hacen la diferencia

 La clave está en adoptar hábitos constantes: revisar bolsillos antes del lavado, cerrar cierres o botones para evitar enganches, y reparar pequeñas costuras antes de que se conviertan en roturas grandes.

Además, doblar correctamente cada prenda ayuda a conservar su forma. Los suéteres, por ejemplo, deben doblarse en lugar de colgarse, ya que el peso del tejido puede estirarlos con el tiempo. Por otro lado, las camisas y blusas ligeras sí conviene colgarlas para evitar arrugas.

Finalmente, es importante tener presente que lavar menos también significa conservar más. No todas las prendas necesitan pasar por el lavarropas después de cada uso; muchas veces basta con airearlas o limpiarlas superficialmente. Esto no solo prolonga su vida útil, sino que también reduce el consumo de agua y energía, beneficiando al medio ambiente y al bolsillo.

Cuidar tu ropa también es cuidar tu estilo

Mantener las prendas en buen estado no solo tiene que ver con la estética, sino también con la sustentabilidad. Cada prenda que se conserva durante más tiempo representa un ahorro económico y un gesto responsable hacia el planeta. Evitar el desperdicio, aprovechar lo que ya tenemos y adoptar hábitos de cuidado consciente puede transformar la manera en que vestimos y consumimos.

En definitiva, cuidar la ropa es cuidar de uno mismo. Con atención, paciencia y un poco de conocimiento, cualquier persona puede lograr que sus prendas duren más, se vean mejor y sigan acompañándola por años sin gastar de más.

 

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias