A pocos días de una nueva jornada electoral, las y los argentinos se preparan para elegir a sus representantes legislativos nacionales en una elección histórica: por primera vez en todo el país se utilizará la Boleta Única de Papel (BUP), un sistema que reemplaza a las tradicionales boletas partidarias.

El nuevo método, impulsado por la Ley N.º 27.78, debutará este domingo 26 de octubre, cuando se definan las bancas del Congreso de la Nación. En el caso de la Provincia de Buenos Aires, estarán en disputa 35 lugares en la Cámara de Diputados.

Sin embargo, el cambio llega en medio de dudas y desconocimiento por parte de gran parte del electorado. El ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, advirtió que “mucha gente no sabe cómo funciona” el nuevo instrumento electoral. “En distintos estudios de opinión y focus groups vimos que gran parte de la ciudadanía desconoce cómo votar con la Boleta Única, y quienes creen saberlo muchas veces se confunden al identificar a la fuerza política que quieren elegir”, explicó.

Bianco detalló que las y los votantes deberán acudir a su mesa de votación entre las 8 y las 18 horas, con el documento correspondiente, y que pueden consultar el padrón electoral en línea para conocer su lugar de votación. Allí, el presidente de mesa entregará una boleta única firmada y una birome.

La boleta impresa a cuatro tintas presentará columnas con los partidos políticos (nombre, logo, número de lista y fotos de los candidatos) y filas con las categorías en disputa.
En el cuarto oscuro, el votante deberá marcar con birome el recuadro correspondiente a la opción elegida.

📌 Si no se marca ningún casillero, el voto será en blanco.
📌 Si se marcan dos o más opciones en la misma categoría, el voto será nulo.
📌 Si se rompe o se escribe fuera del recuadro, también será inválido.

Una vez realizado el voto, la boleta debe doblarse siguiendo las instrucciones para que quede visible la firma de la autoridad de mesa pero oculta la selección del votante.

Bianco recordó que en las elecciones provinciales del 7 de septiembre, que se realizaron con el sistema tradicional de boleta partidaria, el proceso fue transparente, ágil y sin denuncias. “No era necesario modificar el instrumento electoral”, remarcó.

Además, cuestionó uno de los argumentos más repetidos en defensa del cambio: el ahorro económico. “Decían que este sistema iba a abaratar los costos, pero nosotros demostramos que una elección no es un gasto, sino una inversión para fortalecer la democracia”, concluyó.