
El operativo de búsqueda se intensificó recién este lunes, más de un día después de que se perdiera todo rastro de la joven. En la zona del Parque Miguel Lillo y la costa trabajan más de 80 efectivos, con la participación de Bomberos, Policía Ecológica, DDI, Patrulla Rural, Comisaría de la Mujer, Policía Científica, Guarda Parques y personal de la dependencia de Lobería. También se utilizan un perro rastreador para intentar reconstruir el recorrido de la mujer.
Según fuentes extraoficiales, las cámaras de seguridad del camping habrían registrado momentos de desencuentro la noche del sábado y un sector del alambrado podría estar roto dentro del predio. Las autoridades del camping confirmaron en un primer momentos que no están autorizadas a hablar con la prensa, mientras la investigación avanza con extrema reserva.
Desde Tandil, amigos de la joven se comunicaron con NdeN para expresar su preocupación. Señalaron que “llamaba la atención que nadie dijera nada” y que recién se tomó dimensión del caso cuando comenzó a circular en medios locales.
La Fiscalía continúa recabando pruebas, declaraciones y registros fílmicos, mientras el clima de incertidumbre se extiende. Durante todo el domingo, no se difundieron imágenes ni comunicados oficiales sobre la búsqueda, lo que generó malestar y dudas.
Por ahora, las incógnitas superan a las certezas:
El caso se investiga bajo la hipótesis de un posible hecho de violencia de género, mientras el entorno de la joven y buena parte de la comunidad siguen con preocupación y temor las novedades del operativo. La falta de información oficial y el hermetismo con que se manejó la desaparición alimentan las dudas sobre lo ocurrido en el camping y sobre la respuesta institucional ante un hecho que, a esta altura, ya conmueve a toda la región.