
Desde hace años, los centros de estudiantes, docentes y directivos denuncian falta de iluminación, mantenimiento deficiente, inseguridad y actos de vandalismo. Entre los pedidos principales se destacan la instalación de luces, cámaras de seguridad, cerramiento del predio y la regularización del traspaso a la Provincia de Buenos Aires, para garantizar la gestión y cuidado del espacio.
“El estado edilicio está deteriorado y todo eso atenta contra la seguridad de quienes estudian y trabajan. Queremos que el lugar sea habitable, donde se pueda estudiar, compartir y dialogar”, señaló la directora del Instituto 31, Florencia Rafagheli.
Estudiantes también reclaman un espacio seguro y cuidado que permita el desarrollo de actividades educativas y culturales. Según la estudiante Sol Moreno, el predio es clave para la comunidad y debe ser protegido:
“Queremos discutir las posibilidades reales de lo que se pueda hacer, darle identidad, cuidarlo y verlo como un espacio fundamental para estudiar y trabajar”.
La convocatoria del viernes 14 busca dar continuidad a las demandas históricas y mantener la presión sobre el Consejo Escolar, el Estado provincial y nacional para que se concrete el traspaso y se aseguren condiciones dignas de estudio. La consigna que une a toda la comunidad educativa sigue siendo “Dignidad para estudiar y trabajar”.
