domingo 23 de noviembre de 2025 - Edición Nº3339

Opinión | 23 nov 2025

Las mariposas no deberían vivir un solo día

Vidas arrebatadas por la violencia de género: Magalí y Débora presentes

00:21 |“¿Qué certeza tenemos nosotras de que no seremos las siguientes? La respuesta es sencilla. Ninguna”, reflexiona Catalina Bogarín, estudiante de 16 años de Necochea, sobre los femicidios de Magalí Vera y Débora Bulacio. La nota fue escrita como parte de un trabajo escolar para la materia Cultura y Sociedad y compartida con NdeN.


TAGS: NECOCHEA, NDEN

Por: Catalina Bogarín

En un momento en que muchas veces se asocia a los jóvenes con apatía o desconexión de los problemas sociales, la valentía de quienes se detienen a reflexionar y expresarse merece ser destacada. Catalina Bogarín, alumna de quinto año del Instituto Humboldt en Necochea, escribió esta nota de opinión para la materia Cultura y Sociedad sobre los femicidios ocurridos en la ciudad y decidió compartirla con la comunidad. Su texto combina hechos locales, memoria histórica y una mirada comprometida, demostrando que las nuevas generaciones pueden ser voces activas frente a la violencia de género.

A continuación, el escrito completo de Catalina Bogarín:


Las mariposas no deberían vivir un solo día.

En menos de un año, la ciudad de Necochea registró dos femicidios. El primero de ellos tuvo lugar el 1 de diciembre de 2024, ejecutado por Javier Cerfoglio. El segundo, pasó hace tan solo dos semanas, el 9 de noviembre, cuando Andrés “el Gutty" Gutiérrez estranguló a su mujer y luego la sepultó en el parque.

Javier Cerfoglio de 39 años está preso en Batán por el femicidio de Magalí Vera de 34 años. Tras una fiesta de casamiento, le dio una paliza brutal a su mujer y se lanzó en su auto al Río Quequén; desde la cárcel advierte que sus suegros lo quieren matar.

Andrés (31) golpeó y estranguló a su pareja, Débora Bulacio del Valle (39), dentro de la carpa, en el camping Miguel Lillo, el domingo a eso de las 2 de la madrugada. Tras enterrar el cadáver debajo de unas plantas y descartar objetos en la vegetación y los médanos, armó un plan estratégico con la intención de simular que la buscaba.

Magalí y Débora fueron mujeres, mujeres que fueron asesinadas por sus parejas por una misma condición. Su género. Las familias de las víctimas no pueden llorarlas en paz debido a que el horror se apoderó de sus vidas.

Por ello pregunto, ¿Qué certeza tenemos nosotras de que no seremos las siguientes? La respuesta es sencilla. Ninguna. ¿En quiénes podemos confiar? ¿En nuestro amigo, en nuestra pareja? ¿En una fiesta, qué podemos beber? ¿En la calle, qué nos podemos poner? ¿Cómo debemos responder? La clásica respuesta sería “lo que te plazca", pero en la realidad, sí hacemos lo que queremos, luego la culpa es nuestra.

“Se pasaron tres pueblos" es una frase que escuchamos muy seguido en este último tiempo, pero no solo en la sociedad, sino también desde el gobierno de turno. Y mi respuesta es esta: si nos hubiéramos pasado tres pueblos en aquel 2018, Magalí y Débora seguirían con vida.

En 2014, la Corte Suprema de Justicia de la Nación le encomendó a la Oficina de la Mujer la elaboración del Primer Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina. El Máximo tribunal, en su primer informe señala que “Concebir de esta forma los asesinatos de mujeres por razones de género permite una comprensión más profunda del fenómeno y sus causas”.

Sin embargo, este año, el mismo en el que se contabilizaron alrededor de 211 femicidios entre el 1 de enero y el 15 de noviembre de 2025 por el Observatorio de Femicidios de la Defensoría del Pueblo de la Nación, nuestro presidente Javier Milei ha propuesto eliminar el delito de femicidio del Código Penal argentino. El argumento utilizado por diferentes integrantes del gobierno es que el derecho debe proteger la igualdad ante la ley y no puede haber diferencias de ningún tipo.

La historia de las Hermanas Mirabal, cuyo asesinato misógino marcó un hito internacional en la visibilización de la violencia contra las mujeres, dialoga directamente con los debates actuales en Argentina respecto del reconocimiento jurídico del femicidio.

Patria, Minerva y María Teresa Mirabal fueron tres activistas dominicanas que se opusieron a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana.

El 25 de noviembre de 1960, fueron secuestradas, brutalmente golpeadas y asesinadas por órdenes del régimen. Su asesinato se disfrazó como un “accidente”, pero quedó claro que fue un crimen político y misógino.

Por ello se las conoce como “Las Mariposas”, símbolo de resistencia, y en 1999, la ONU declaró el 25 de noviembre como el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer en su memoria.

Mientras su memoria dio origen a una fecha global destinada a denunciar la violencia de género y exigir la responsabilidad del Estado, en nuestro país persiste la discusión sobre si es necesario o no utilizar el término femicidio.

Por historias así, nosotras y nosotros, las nuevas generaciones, no debemos dejar que los gobiernos le quiten la importancia que tienen estos hechos, y peor aún, que intenten eliminar la memoria de los pueblos que lucharon para dar origen a un día y un término que permite visibilizar las distintas formas de violencia que se ejercen sobre las mujeres.

Catalina Bogarín

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