
El arsénico es un componente natural presente en las napas de gran parte del territorio argentino. Su origen es geológico y milenario: se vincula con fenómenos ocurridos hace millones de años durante la formación de la Cordillera de los Andes, cuando sedimentos volcánicos se depositaron a lo largo del territorio hasta la costa atlántica. Con el tiempo, la disolución de minerales en el subsuelo incorporó el elemento a los acuíferos utilizados para consumo humano.
El ITBA clasifica los valores en tres categorías:
Verde (<10 ppb): agua segura para consumo según la OMS.
Amarillo (10 a 50 ppb): se recomienda precaución; el consumo sostenido podría aumentar riesgos sanitarios.
Rojo (>50 ppb): el agua no es apta para beber ni para cocinar alimentos.
La Organización Mundial de la Salud incluyó al arsénico inorgánico entre las 10 sustancias más preocupantes para la salud pública. La exposición prolongada puede generar un cuadro conocido como Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE), además de enfermedades cardiovasculares, lesiones cutáneas, neuropatías, diabetes, irritaciones pulmonares y distintos tipos de cáncer.
El relevamiento, presentado nuevamente este año, señala que el 70 % de la provincia de Buenos Aires presenta niveles iguales o superiores a los recomendados, especialmente en la llanura Chacopampeana. También aparecen registros en zonas costeras como Miramar, Mar del Plata, Balcarce, Bahía Blanca y Necochea.
El proyecto está dirigido por el Dr. Jorge Daniel Stripeikis, quien remarcó que la contaminación por arsénico es “mayoritariamente natural”, pero requiere políticas activas y monitoreos periódicos:
“Se debe avanzar en soluciones tecnológicas y brindar herramientas a la población para evaluar riesgos y garantizar acceso a agua segura”, señaló.
Tras conocerse los datos del mapa, el laboratorio Gavarrino confirmó que realiza análisis específicos para determinar la presencia de arsénico en el agua de consumo.

La Dra. Aixa Baliani, integrante del plantel profesional, explicó:
“Es posible medir su concentración en nuestro laboratorio. Se necesitan 500 ml de la muestra en un envase adecuado. El resultado demora 20 días. La ingesta crónica de agua fuera de los valores aceptables compromete la salud y es una preocupación mundial”.
El laboratorio recibe consultas y coordina turnos al WhatsApp 2262 410458. El estudio ronda los 70 mil pesos.
Muchos filtros tradicionales —especialmente los de carbón activado— no eliminan arsénico. Entre las tecnologías con mayor eficacia se encuentran:
Ósmosis inversa (reduce hasta 99,9 %)
Resinas selectivas basadas en óxido de hierro
Alúmina activada
Coagulación-filtración
Electrodiálisis
La elección depende de las características del agua, la fuente de suministro y el presupuesto familiar.
El ITBA invitó a vecinos y vecinas de todo el país a enviar nuevas muestras para ampliar el mapa. Durante la pandemia la recepción se redujo considerablemente, por lo que el instituto busca reconstruir la base de datos para mejorar la precisión del monitoreo. Si querés participar podes hacer CLICK en este enlace.
El mapa actualizado puede consultarse en:
👉 https://mapa-de-arsenico.web.app
Aunque el arsénico no es un contaminante de origen industrial en este caso, su presencia sostenida en el agua exige medidas de prevención, inversión en infraestructura, información pública accesible y monitoreos periódicos, especialmente en distritos donde se registran valores en “amarillo”. Necochea no escapa a esa realidad, y la disponibilidad de análisis locales se convierte en una herramienta clave para que los hogares puedan saber con certeza si su agua es segura.