domingo 14 de diciembre de 2025 - Edición Nº3360

Sociedad | 14 dic 2025

Pasión pastelera

Talento emprendedor: desde Necochea, “Dulce Callejón” creó la torta del casamiento de Rocío Pardo y Nico Cabré

11:59 |Carina Cerino Callejón, pastelera radicada en Necochea desde hace dos décadas y creadora del emprendimiento “Dulce Callejón”, fue la responsable de la impactante torta de bodas del casamiento de Rocío Pardo y Nicolás Cabré. Viajó más de 15 horas con una torta sorpresa de cinco pisos, mantuvo el diseño en secreto hasta el gran día y asumió el desafío atravesada por un fuerte vínculo afectivo con la familia de la novia.


El casamiento de Rocío Pardo y Nicolás Cabré, celebrado en la estancia Bosque Alegre, fue una boda soñada en cada uno de sus detalles. Entre ellos, hubo uno que no pasó desapercibido y se convirtió en protagonista de la celebración: la torta de bodas, una creación imponente que acompañó a la perfección la estética natural del lugar y sorprendió tanto a los novios como a los invitados.

Detrás de ese pastel estuvo Carina Cerino Callejón, pastelera que nació en Córdoba y que desde hace más de 20 años vive en Necochea, donde desarrolló su emprendimiento “Dulce Callejón”, reconocido por su impronta artesanal y su fuerte identidad estética.

La historia y los detalles de esta creación fueron relatados por la propia Carina en una entrevista brindada a la revista Para Ti, en una nota firmada por la periodista Fabiana Polinelli, de la cual surge la información principal de esta cobertura.

Un vínculo que atraviesa el tiempo

La participación de Carina en el casamiento no fue casual. Existe un lazo personal de larga data con la familia Pardo.
“Miguel Pardo fue mi primer jefe. Siempre lo jodo y le digo que fui la mejor empleada que tuvo”, contó la pastelera en diálogo con Para Ti. “Hace más de 20 años que me recibí de profesional gastronómico y mis estudios dependían de él porque fui su empleada. A Rocío la conocí de chiquita, igual que a sus hermanas”, recordó.

Ese vínculo fue determinante cuando Carina se enteró del casamiento. “Cuando supe que se casaba le dije a Ro: ‘Yo te tengo que hacer la torta’, como una retribución a que Miguel me empleara cuando yo necesitaba trabajo”, explicó.

Una torta sorpresa de cinco pisos

Rocío Pardo no pidió un diseño específico. Le dio libertad total a la pastelera.
“Me dijo ‘sentite libre de hacer lo que quieras, dentro del estilo que estamos buscando’. Así que ya la tenía pensada”, contó Carina.

La decisión fue clara: los novios no verían nada hasta el día del casamiento. La torta terminó siendo una verdadera obra de ingeniería pastelera:

  • Cinco pisos y medio,

  • 90 centímetros de altura,

  • Base de madera,

  • Tres pisos completamente comestibles y dos de maqueta.

La decoración fue uno de los grandes diferenciales: flores en cascada realizadas con papel oblea, todas comestibles, pensadas especialmente para resistir el traslado.
“Parecían reales, pero estaban hechas pétalo por pétalo. Me aseguraba que no se rompieran en el camino”, explicó.

La torta estuvo cubierta con ganache de chocolate blanco para lograr una terminación perfecta y luego con pasta americana, que aportó el acabado satinado final. La paleta de colores se definió a partir de tonos terracota, combinados con un blanco roto que se adaptaba a la luz natural del entorno.

El desafío del viaje

Uno de los mayores retos fue la logística. La torta viajó desde Necochea hasta Córdoba, en un trayecto de más de 15 horas.
“Viajé el jueves con todo, el viernes lo tomé como día de respaldo y empecé a decorarla el sábado a las cinco de la mañana”, relató.

La torta fue trasladada desmontada, armada primero en Carlos Paz y luego nuevamente en el predio del casamiento, un espacio al aire libre. “Iba a ciegas total, no sabía cómo era el camino ni la distancia hasta la tranquera”, confesó.

El momento de la llegada fue tan preciso como emotivo: Carina arribó al lugar justo cuando Rocío hacía su entrada al altar. “Era la primera vez que la veía después de 20 años. Estaba hermosa. Fue todo de cuento de hadas”, recordó.

Talento local con proyección nacional

Aunque este evento tuvo una gran repercusión mediática, no fue la primera experiencia de alto perfil para la pastelera. Entre otros trabajos destacados, Carina también estuvo a cargo de la torta del casamiento del futbolista Agustín Marchesín.

Sin embargo, esta boda tuvo un componente especial:
“Ro y Nicolás no conocían el diseño. Fue una sorpresa total. Solo sabían el estilo. Quedaron encantados”, aseguró.

El perfil de Carina y “Dulce Callejón”

Carina Cerino Callejón es una emprendedora necochense, apasionada por la gastronomía y especialmente por la pastelería, un arte que trae desde sus raíces familiares.

Nació en Córdoba Capital, vivió gran parte de su vida en Villa Carlos Paz y, a los 20 años, decidió mudarse a Necochea, donde formó su familia y desarrolló su proyecto personal. Hoy es madre de dos hijos, de 20 y 15 años, y lleva adelante “Dulce Callejón”, un emprendimiento que se caracteriza por la personalización extrema de cada trabajo.

“Siempre quise que cada torta sea distinta, que tenga algo especial para cada cliente. Me dicen ‘esta mesa la hizo Carina’ porque se nota que es diferente”, explicó sobre su sello personal.

Además, Carina pertenece a una familia de artistas reconocidas a nivel nacional: es sobrina de María Fernanda Callejón, y la hija de Sandra Callejón. Ambas cuentan con una destacada trayectoria en el mundo del espectáculo.

Desde Necochea, con identidad propia y una impronta artesanal marcada, “Dulce Callejón” logró llegar a uno de los casamientos más comentados del año, confirmando que el talento emprendedor local puede trascender fronteras y escenarios.

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