En un contexto marcado por el dolor y la conmoción, la familia de Martina Fernández tomó una decisión que transformó una tragedia en un acto de profunda solidaridad. Tras confirmarse su fallecimiento en las últimas horas, autorizaron la donación de sus órganos, que permitirán salvar y mejorar la calidad de vida de seis personas.

Martina tenía 19 años y permanecía internada en estado crítico desde el martes 9 de diciembre, cuando protagonizó un grave siniestro vial en la intersección de calles 46 y 53, en la ciudad de Necochea. A raíz del violento impacto, fue trasladada de urgencia al Hospital Municipal Dr. Emilio Ferreyra, donde ingresó al área de Terapia Intensiva con lesiones de extrema gravedad.

Durante los días posteriores al accidente, la joven fue sometida a una compleja intervención quirúrgica y recibió atención permanente por parte del equipo médico. Sin embargo, las sucesivas complicaciones derivaron en un diagnóstico irreversible de muerte cerebral, confirmado durante la noche del miércoles.

Ante este escenario, y luego de atravesar una de las decisiones más difíciles, su familia autorizó la desconexión asistida y la donación de órganos a través del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI). Los protocolos correspondientes se completaron este jueves por la mañana, permitiendo que seis personas que se encontraban en lista de espera accedan a un trasplante.

El siniestro vial que derivó en su internación ocurrió cuando Martina circulaba en motocicleta y colisionó con un automóvil Peugeot de color gris en una esquina semaforizada. Testigos que se encontraban en el lugar indicaron que el conductor del rodado mayor habría cruzado con el semáforo en rojo, situación que continúa siendo investigada por la fiscalía de turno.

El acompañante de la motocicleta resultó ileso y ya brindó declaración testimonial, mientras se analizan imágenes de cámaras de seguridad de la zona para reconstruir con precisión la mecánica del hecho y determinar eventuales responsabilidades.

La muerte de Martina Fernández generó una profunda conmoción en la comunidad de Necochea, donde durante varios días vecinos y vecinas siguieron con preocupación la evolución de su estado de salud. En ese contexto, la decisión de su familia fue destacada como un gesto de enorme generosidad, capaz de trascender el dolor propio para brindar una oportunidad de vida a otras personas.

El último adiós se realizará en una ceremonia íntima, acompañada por familiares y allegados. Mientras tanto, el nombre de Martina quedará asociado a un acto solidario que deja una huella profunda en la ciudad.