jueves 25 de abril de 2024 - Edición Nº2762

Sociedad | 30 sep 2020

Negocios

¿Quién es el guardavidas necochense que creó una aplicación y participará de una competencia global de tecnología?

Se trata de Lucas Mailland, oriundo de la ciudad, que construyó la empresa Fichap a partir del armado de nuevas tecnologías para la organización del trabajo.


Semanas atrás, Ámbito Financiario, diario nacional especializado en negocios y economía, publicó la noticia “De guardavidas en Necochea a finalista en el Mundial de Startups”. Allí relata la historia de Lucas Mailland, el joven oriundo de la ciudad participará en Arabia Saudita de el Entrepreneurship World Cup (EWC), una competencia global de la que participarán 170 mil emprendedores de 187 países.

Mailland creó junto a dos socios Fichap, empresa que tomó reconocimiento a partir de la creación de una aplicación que a través de la geolocalización permite garantizar “la claridad en la organización de la forma más efectiva posible, tanto para los trabajadores como para empleadores, ya sean grandes corporaciones o bien pymes y emprendimientos pequeños”.

La iniciativa tuvo gran despegue a partir de la pandemia generada por el Covid-19 y la cuarentena dispuesta por el Estado Nacional.

Mailland tiene 31 años. Nació en Necochea, lugar donde empezó a estudiar a distancia Administración de Empresas. Además vivió algunos años en Mar del Plata.

En Necochea hizo el curso de guardavidas en la Cruz Roja. “Siempre fui un apasionado del mar”, afirma el joven al diario nacional.

Luego de trabajar dos años en la costa durante la temporada estival, en 2011 Lucas hizo las valijas y viajó con destino a Buenos Aires. Allí comenzó a estudiar Administración en la UBA mientras trabajaba en un restaurante como camarero para poder financiar su formación académica. “Llegué a pasar hambre y frío. Viví en un hostel durante dos años, donde comía la comida vieja que algunos turistas dejaban en la heladera. En pleno invierno tenía un solo sweater escote en v y literalmente me congelaba. Recuerdo que una madrugada tuve que robar unas salchicas porque me dolía la panza del hambre. Lo quise hacer rápido para que no me descubrieran”, confiesa.

Seis meses después, Lucas ingresó a trabajar como cadete en la legislatura porteña. “Al principio hacía mandados y servía café en el despacho de una legisladora. Con el tiempo comencé a hacer cada vez más cosas y aprendí a moverme en el ámbito público. Ahí también hice muchos amigos y fui encontrando mi lugar”, narra el joven, que también trabajó para otros diputados y políticos reconocidos, pasando por diferentes organismos. Entre ellos, el Congreso de la Nación, el Gobierno de la Ciudad, la Casa Rosada y el Ministerio de Seguridad de la Nación.

“Mi perfil siempre estuvo dirigido a los equipos digitales y creativos, donde podía trabajar con jóvenes y generar cosas nuevas. De hecho en Seguridad coordiné el equipo digital. Pero en un momento comencé a sentir que ya no podía canalizar esas ganas de hacer cosas nuevas en el ámbito político. Todo se volvió monótono y ya no me sentía bien en ese espacio. Empecé a hacer páginas web para algunos clientes y, sin nada demasiado estable, decidí dar un paso al costado”, rememora.

A partir de allí inició su primer emprendimiento, la agencia digital Workode. Y casi sin querer, “entre los trabajos que me pidió uno de mis clientes, surgió la idea de Fichap”.

El 2020 cambió la suerte para Fichap. “A diferencia de gran parte del mundo, la pandemia se nos presentó como una oportunidad para crecer. Y nosotros la vimos: le sumamos a nuestra aplicación un sistema para detección temprana de Covid-19 y alerta en casos sospechosos. Y así comenzaron a llegar cada vez más clientes, porque muchas empresas tuvieron que readaptarse a esta nueva normalidad. Hoy nos están llamando compañías muy conocidas e importantes en la Argentina y la región, muchas de las cuales parecía que nunca íbamos a alcanzar”, afirmó el necochense.

A principio de año eran sólo tres personas trabajando codo a codo en Fichap y hoy, nueve meses después y pese al contexto adverso, ya son 17 personas colaborando en todas las áreas. “Y tenemos la proyección de llegar a un equipo de 25 para fin de año”, se entusiasma Lucas y cierra con una frase alentadora: “Algunos dirán que tuve suerte. Yo creo que hay que tener los ojos bien abiertos para ver las oportunidades, encontrar las soluciones y salir adelante pese a todo. Esa es mi receta”, concluye.

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