viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº2763

Sociedad | 25 jul 2017

Investigación sobre herbicidas con un resultado asombroso

Científicos cordobeses afirman que los herbicidas también incentivan la aparición de ciertas especies que se vuelven malezas para los cultivos, las mismas que dice combatir. Lee la nota para entender el proceso.


 Una prestigiosa revista publicó una investigación cordobesa. Asegura que el herbicida no solo mata especies nativas en dosis bajas, poniendo en juego la biodiversidad, sino también incentiva la aparición de otras que se vuelven malezas para los cultivos, las mismas que dice combatir. Por Lea Ross para ECOS Córdoba y FM 99.3 Radio Panamericana (Huerta Grande). La nota que explica este proceso fue publicada por el porta ANRED.

“No esperábamos ver efectos tan claros para dosis tan bajas”. Así lo señala el científico Leonardo Galetto, integrante de un equipo de científicos cordobeses que confirmaron que el herbicida glifosato no solo mata especies vegetales nativas, sino que a su vez termina generando la aparición de especies resistentes a la misma, que actúan como plagas para los cultivos, que es lo que precisamente promete combatir. Los resultados fueron publicados este mes por la prestigiosa revista científica estadounidense Ecotoxicology and Environmental Safety.

La investigación, llevada a cabo por el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (Imbiv) -conformada por científicos de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y el CONICET-, fue un trabajo de cinco años, tanto en campo como de laboratorio y duró cinco años.

Se procedió a la aplicación de distintas concentraciones de glifosato para distintas especies del bosque nativo chaqueño. “Y lo que encontramos -según Garetto- es un gradiente de efectos, algunas más afectadas que otras, y otras más tolerantes. Eso quiere decir que esas especies nativas, con dosis repetidas, año a año, van sobreviviendo. Y a la larga, después de la tolerancia, empieza la resistencia. Y una vez que llega la resistencia, empiezan a estar bien junto con el cultivo de interés que se vuelven malezas. Por eso la doble mirada del trabajo. Por un lado, muchas plantas son afectadas y nuestra biodiversidad va disminuyendo. Y por el otro, esa misma tecnología se vuelve un problema para el productor. Entonces, hay un doble problema que atender y reflexionar sobre las actuales prácticas de manejo”.

A partir de un suministro mayor de lo recetado -se recomienda tres litros por hectárea-, se procedió a la aplicación de dosis a las especies. Luego, se fue disminuyendo hasta llegar a su cuarta parte. Para el integrante del Imbiv: “Esas dosis bajas son gotitas muy livianas, que se dispersan con un poquito de viento, y llegan al interior del bosque. Sería la dosis de deriva. A las plantas más sensibles las mata directamente. Y a las otras les reduce el crecimiento, se necrosan (enferman) las hojas. Y en estadios más grandes, tienen problemas en reproducirse. Entonces, las poblaciones les cuesta mantenerse en sus sitios y hablamos de extinciones locales en algunos pequeños fragmentos que tienen bordes de cultivos”.

El glifosato acapara el 40% del mercado de herbicidas en nuestro país. Hoy en día, especies como el amaranto han resultado ser resistentes al mismo. “La solución siempre ha sido incrementar las dosis en las plantas más tolerantes, con lo cual la aceleración es más rápida. Porque en la naturaleza siempre hay variación. Entonces, algunos individuos de esas poblaciones que se aguantan son las que más se reproducen y en pocos años se vuelven un problema generalizado en la región. Por más que incrementemos litros y litros de herbicida, no se soluciona el problema”, apunta Galetto.

Finalmente, de las veintena de especies suministradas, más de la mitad murió a causa del herbicida: “Nos falta reflexionar como sociedad para ver qué está pasando en esos ambientes”, sentenció el científico de la UNC.

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