“Es de no creer, es el milagro más importante de mi vida”. Con esa frase, Juan Martín Del Potro intentó resumir sus sensaciones después de los festejos de una copa que siempre le fue esquiva al tenis argentino. Pasaron jugadores enormes, las mejores raquetas nacionales, Vilas, Nalbandian, Gaudio, Coria. Pasaron, pero la deuda siempre quedó pendiente.

Pocos creían que fuera a ser este año. Argentina se fue convirtiendo en “torazo en rodeo ajeno”. Le ganó en su casa a los Murray, dejó sin festejos a Djokovic en la mismísima y fría República Checa, y convirtió a Croacia en una sede de Parque Roca con el aliento de más de 3.000 argentinos que le permitieron superar la tonelada de aces de Karlovic y Cilic, número 6 del mundo.

Si los milagros existen y pueden explicarse, sin dudas que con una palabra serviría para resumir tamaño logro: Tandil.

En 2009, Tandil, una ciudad de 123 mil habitantes tenía la misma cantidad de jugadores dentro de los 10 mejores del mundo que Moscú, que contaba con 10 millones de personas. ¿Cómo es que se llega a esto? ¿Qué tiene la ciudad serrana? ¿Cuál es el secreto?

No solo Juan Martín Del Potro es el exponente del tenis tandilense. “Pico” Mónaco, Mariano Zabaleta, “Machi” Gonzalez y Patricia Tarabini son algunos de los tandilenses que llegaron, y aún hoy lo hacen, a ser un apellido reconocido dentro del deporte mundial.

Los mismos tandilenses no pueden acordar el por qué del éxito en la formación de jugadores de tenis. Raúl Pérez Roldán, fundador de la mundialmente conocida academia de tenis del club Independiente de Tandil, reconoce que “lo que se dio en Tandil se dio en pocos lugares, porque la ciudad es pequeña y tiene más de 40 años formando jugadores genuinos”. Sin embargo, atribuye los logros al método que él mismo supo implantar, al que describe como “casi militar” y que, resumidamente, está compuesto por exigentes etapas de “iniciación – precompetición – competición – alta competición”.

Marcelo Gómez, quien encabezó la escuela del club Independiente y a quien el mismo Del Potro señala como el responsable de la prosperidad tenística de Tandil, expresa: "No tenemos ningún secreto, solo trabajo y más trabajo. Desde la consagración de Del Potro en el US Open 2009, la fama de Tandil creció mucho; además, de aquí salieron Zabaleta, Junqueira, Mónaco y ésa es la mejor propaganda. La garra de los argentinos es lo que más quieren copiar los que vienen de otros países. Tenemos un sistema muy importante, con planificación".

“El Club”, factor de contención

Emiliano Peralta, director de la escuela de tenis del club Uncas, cree en la importancia de la demografía y realidad social de la ciudad como factores determinantes del indiscutible resultado en la formación de jugadores. “A diferencia de lo que pasa en una gran ciudad, los chicos que aprenden tenis en Tandil tienen el club a pocas cuadras de su casa. Entonces terminan de entrenar, se van a comer y vuelven. Pasan todo el día en el club y los padres se quedan tranquilos”, señala.

Desde el club Independiente sostienen esta teoría y agregan que la calidad de vida en la ciudad es fundamental, debido a que “acá el chico vive mejor. Puede moverse en bicicleta, sin temor a la inseguridad. Y puede jugar más horas al tenis a un costo mucho menor”.

La disciplina, la contención, el clima. Diversas aristas que individualmente o combinadas servirán para intentar explicar cómo una ciudad con solo una veintena de canchas de polvo de ladrillo logra posicionar a jugadores dentro de una elite reducida de deportistas.

Consumado el milagro, fruto del trabajo, será esta la hora de mirar hacia atrás buscar a quienes realmente logran que día tras día jóvenes de todo el mundo se instalen en Tandil a intentar conseguir su lugar en el mundo del tenis. Una vez identificadas las claves del éxito, intentar replicar sus métodos y coyunturas a toda la estructura deportiva del país para que tanto valores como logros del "deporte de caballeros" se diseminen en toda la geografía del país.