martes 18 de marzo de 2025 - Edición Nº3089

Política | 4 may 2023

EN EL DÍA DEL TRABAJADOR Y LA TRABAJADORA

CGT rechaza proyecto de reforma laboral y demanda participación en decisiones políticas

En el marco del Día del Trabajador, la CGT presentó el documento "Estamos a Tiempo", en el que hace un llamado a la dirigencia política a trabajar en conjunto para alcanzar un acuerdo que promueva una alianza entre la producción y el trabajo y garantice un crecimiento inclusivo con justicia social. Además, se declaró la urgencia de atender las necesidades actuales de amplios sectores de la sociedad y se habló de la necesidad de recrear el diálogo para confluir en una plataforma de consenso sobre diez políticas de estado destinadas a dinamizar los potenciales económicos productivos que tiene la Argentina.


En el marco del Día del Trabajador, la Confederación General del Trabajo (CGT) difundió un documento titulado "Estamos a Tiempo", en el que propone un gran acuerdo político, económico y social que promueva y fortalezca una verdadera y permanente alianza entre la producción y el trabajo.

El documento señala que es necesario salir de la mirada cortoplacista y pensar en el futuro a través de políticas de desarrollo de mediano y largo plazo. También se declaró la urgencia de atender las necesidades del presente, que sumergen a amplios sectores de la sociedad en los flagelos de la exclusión y la pobreza.

La CGT enfatizó la importancia de la política como herramienta de transformación de una sociedad injusta y desigual y alertó sobre el desencanto y el descreimiento que pueden poner en riesgo la vigencia de un sistema democrático pleno. El llamado pareció dirigido al candidato presidencial libertario, Javier Milei.

Sobre el acuerdo que se impulsa, se habla de la necesidad de recrear el diálogo para confluir en una plataforma de consenso sobre diez políticas de estado destinadas a dinamizar los potenciales económicos productivos que tiene la Argentina.

La CGT también se pronunció sobre la urgente necesidad de rediscutir las condiciones de los servicios de la deuda comprometidos con el FMI y llamó a la dirigencia política a abandonar posturas alejadas de la mezquindad política coyuntural y los personalismos sectarios.

Además, se convocó a recuperar la cultura del trabajo como eje transformador y efectivamente democratizante de la sociedad. En este sentido, la CGT argumentó que los convenios colectivos de trabajo no son anacrónicos y estáticos, ya que gracias a la dinámica de la negociación colectiva, trabajadores y empresarios tienen un espacio de concertación sectorial que ha dado muestras de razonabilidad y evolución de las condiciones de trabajo y producción.

El llamado de la CGT busca impulsar un proyecto de país transformador del presente y el futuro de las argentinas y argentinos, a través de amplios consensos políticos superadores que sean la plataforma de lanzamiento de un proyecto inclusivo y con justicia social.

 

EL DOCUMENTO COMPLETO

 

 

1º DE MAYO- DIA INTERNACIONAL DEL TRABAJADOR Y LA TRABAJADORA

 

 

LA ARGENTINA QUE NOS MERECEMOS ESTAMOS A TIEMPO

 

 

 

 

En ocasión de cumplirse 40 años de la recuperación democrática, la situación económica y social y el año electoral obligan a la reflexión de toda la clase dirigente para recuperar el rumbo definitivo hacia EL DESARROLLO, LA PRODUCCIÓN Y EL TRABAJO. Lo hacemos convencidos de que estos ejes son los únicos que pueden garantizar la justicia y la inclusión social de manera sostenida.

 

 

Es  con  políticas  de  desarrollo  de  mediano  y  largo  plazo  que podremos salir de la mirada cortoplacista que nos sumerge en la trampa  de  la  emergencia  para  no  pensar  el  futuro.  Es  preciso, ciertamente, atender las necesidades del hoy y ahora, que sumergen a  amplios  sectores  de  nuestra  sociedad  en  los  flagelos  de  la exclusión y la pobreza. Y las soluciones, tanto para el presente como para el futuro tienen un denominador común: poner en marcha un GRAN  ACUERDO POLÍTICO, ECONÓMICO Y SOCIAL que promueva y fortalezca una verdadera y permanente alianza entre la  producción  y  el  trabajo,  única  fórmula  sustentable  para garantizar un crecimiento inclusivo con justicia social.

 

Necesitamos recuperar los anhelos que la verdadera democracia debe representar: LA FELICIDAD DEL PUEBLO Y LA GRANDEZA DE LA NACIÓN. Solamente a través de una clase dirigente que comprenda que la potica es la única herramienta de transformación de una sociedad injusta y desigual y no la squeda de intereses personales, podremos recuperar la esperanza que termine con el desencanto y el descreimiento en las instituciones y en la clase política, terreno fértil para el surgimiento de emergentes que con mensajes antisistema pretenden capitalizar el descontento social, poniendo en serio riesgo la vigencia de un sistema democrático pleno que represente y contenga a todos los sectores de la sociedad por igual.

 

 

Con mucha responsabilidad nuestra CGT ha dado un paso muy importante cuidando la unidad mas allá de los matices propios de la diversidad. Lo hacemos convencidos de que nadie tiene una verdad absoluta. Esta es nuestra contribución a la realidad actual del movimiento nacional, deponer posiciones individuales en favor del bien común.

 

 

No somos convidados de piedra. Somos la resultante de un proceso histórico que nació en 1945 donde, mas allá de los derechos sociales laborales y económicos que las y los trabajadores  incorporáramos  a  la  memoria  colectiva, adquirimos para siempre la participación política y el derecho a ser artífices de nuestro propio destino. Parte de esa evolución nos hizo transitar la recuperación democrática aportando gobernabilidad, aún en contextos particularmente adversos. Esto nos da derecho a participar de las decisiones políticas que nuestro movimiento debe expresar.

 

 

El actual contexto económico y social es lo suficientemente complejo como para perdernos en mezquindades y tácticas canceladoras. Es preciso, como invoca nuestro Papa Francisco, promover la CULTURA DEL ENCUENTRO. El país necesita de más encuentro, más diálogo, aún en el disenso, especialmente para encarar las políticas que nos permitan alcanzar el rumbo con el que todos, sin exclusiones, podamos identificarnos.

 

 

Necesitamos recrear el diálogo para confluir en una plataforma de consenso sobre DIEZ POLÍTICAS DE ESTADO DESTINADAS A DINAMIZAR LOS POTENCIALES ECONÓMICOS PRODUCTIVOS QUE TIENE LA ARGENTINA. Todos sabemos que la foto de la situación actual es bien distinta de la radiografía de nuestro país. Nadie puede resignarse a creer que las condiciones materiales de Argentina sean el 40% de pobreza y niveles de desigualdad que conspiran contra la necesaria cohesión social.

 

Diseñar un modelo de desarrollo sostenible y llevarlo a cabo, requiere hoy de una condición de primer orden. La verdad histórica es inapelable respecto a la irresponsabilidad con la que se contrajo el endeudamiento, cuyas consecuencias se hacen cada día más condicionantes.  Es urgente una rediscusión de plazos y pautas de las condiciones sobre los servicios de la deuda comprometidos con el FMI. Variables económicas fundamentales, exógenas a la actual administracn, sufrieron cambios que alteraron las condiciones que inspiraran las negociaciones originales.

 

 

Coherentes con la necesidad de dialogo para encontrar soluciones de largo plazo, debemos aprender de las lecciones del pasado reciente. La iniciativa del Consejo Económico y Social su falta de institucionalidad por Ley marca la diferencia entre acuerdos en torno a políticas de Estado y simples expresiones de deseos.

 

 

Debemos detener esta escalada del sálvese quien pueda” que se traduce en desprotección social, pérdida de poder adquisitivo, distorsión de precios relativos por efecto de la inflación y apropiación de rentas extraordinarias. Tenemos que construir UN PACTO ECONÓMICO Y SOCIAL DONDE LA POLÍTICA CON MAYÚSCULAS, ASUMA UN PROTAGONISMO A LA ALTURA DE LOS PROBLEMAS QUE ATRAVESAMOS, transformándola en una oportunidad histórica que nos interpele a adoptar posturas alejadas de la mezquindad política coyuntural y los personalismos sectarios, por la vocación de servicio en la búsqueda y puesta en práctica de amplios consensos políticos superadores, que sean la plataforma de lanzamiento de un proyecto de país transformador del presente y el futuro de las argentinas y argentinos.

 

 

Ese modelo económico social al que aspiramos debe estar basado en la producción que impulse a la econoa real, que genere el entorno favorable para que el crecimiento de la inversión no se enfoque en la especulación financiera sino a la generación de trabajo con derechos. Una política productiva inclusiva supone, en el actual contexto globalizado, que nuestro país enfoque sus esfuerzos en generar valor agregado, favoreciendo la exportación de productos intermedios y finales, exportando trabajo argentino.

 

 

Esto implica recuperar  la CULTURA  DEL  TRABAJO  como  eje transformador y efectivamente democratizante de la sociedad. Las y los argentinos que viven de trabajos precarios, los jóvenes que acceden a un mercado de trabajo cada vez más excluyente y segmentado merecen oportunidades de realización que vayan más allá de la mera subsistencia que les imponen los planes sociales. Los niveles  de pobreza e indigencia  nos  deben llevar a pensar una alternativa superadora donde el trabajo y la producción sean ejes que promuevan el progreso y las oportunidades para todos y todas.

 

Argentina debe integrarse a un mundo que debate el futuro del trabajo de manera moderna e inteligente. Así como el peronismo representó en sus orígenes un cambio de paradigma político social, hoy esa realidad se expresa en discutir los medios de producción y las formas de un capitalismo predatorio, transformándolo hacia una matriz de producción que ponga énfasis en los recursos estratégicos puestos al servicio del trabajo y el desarrollo económico y social.

 

 

La actual revolución tecnológica debe perseguir el curso histórico de proveer el progreso a las personas e integrar a la sociedad y no ser el patrimonio de elites que buscan marginar a vastos sectores de la cultura del trabajo. No nos oponemos a los avances tecnológicos, pero estos deben estar al servicio de las grandes mayoas y servir a los pueblos.

 

 

El mundo discute un nuevo contrato social como contracara de modelos de negocio rensticos que pretenden que sea la calidad del trabajo y las y los trabajadores quienes dediquen sus esfuerzos en involucionar hacia modelos precapitalistas. Nuestra vocación de discusión y acuerdos no se agotan en sostener el status quo. El progreso es sinónimo de evolución social y tenemos que animarnos a poner sobre la mesa la fundamentación social del trabajo. No es cuestión de repartir la escasez que ordena un modelo de producción basado exclusivamente en métodos concentradores de riqueza.

 

 

Un modelo económico incluyente debe privilegiar el valor del trabajo, distribuir más equitativamente los frutos de la productividad y entender que los derechos de las y los trabajadores no son privilegios sino la necesidad de participar de una sociedad menos desigual. EL MOVIMIENTO SINDICAL ES LA EXPRESIÓN MÁS GENUINA Y APTA PARA REPRESENTAR E INTERPELAR ESTE CONFLICTO DE INTERESES.

 

 

 

 

 

El sindicalismo en general y el argentino en particular se pone al frente de discutir un modelo de relaciones laborales que nos coloquen en un mundo que debate la reducción de la jornada de trabajo como medio de generar más empleo y distribuir mejor el beneficio extraordinario del capital. Argentina, desde la irrupción del PERONISMO en la vida política y social del país, encontró en las organizaciones de trabajadores la única herramienta duradera y efectiva  de concertación sectorial  a través  de las negociaciones colectivas.

 

Es falso e intencional decir que los convenios colectivos de trabajo son anacrónicos y estáticos. Gracias a la dinámica de la negociación colectiva, trabajadores y empresarios tenemos un espacio de concertación sectorial que ha dado muestras de razonabilidad y evolución de las condiciones de trabajo, pero también de produccn.

 

 

 

Tenemos ante nosotros, una oportunidad singular desde donde edificar las condiciones que nos permitan salir de la postergación permanente y mirar hacia un futuro que, sin pocos esfuerzos, nos encuentre en un proyecto común de país donde todos somos necesarios y tenemos un rol definido en un proceso de recuperación sostenida en el tiempo. Protagonistas de un modelo inclusivo, de crecimiento productivo, económico y social para poner definitivamente de pie a un país y a una sociedad que no se resigna a las desigualdades sociales y a la postración económica. Un país donde el trabajo digno, la producción, el desarrollo y la justicia social sean los pilares de una realidad efectiva, consistente y duradera.

 

 

La realidad de una nueva Argentina.

 

 

LA ARGENTINA QUE LAS Y LOS ARGENTINOS NOS MERECEMOS.

 

 

 

Buenos Aires, 1º de Mayo de 2023

 

 

 

CONSEJO DIRECTIVO NACIONAL

 

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