Por: urgara

Estamos convencidos que todos los argentinos que anhelamos una Patria desarrollada, con justicia y equidad, reconocemos el esfuerzo enorme del Presidente Kirchner para poner el país de pie y en marcha.

Bajo su presidencia, bajó la tasa de desempleo del 17,3% en 2003, a 7,9 al concluir su mandato y se puso un freno histórico a las pretensiones de los fondos buitres que desangraban al país.

Se recuperó el esquema jubilatorio estatal, dándole tranquilidad a los jubilados y a los trabajadores próximos a jubilarse, terminando, de este modo, con el escandaloso negocio de las AFJP.

Nos desendeudamos del FMI, lo que permitió la recuperación de la autonomía en materia económica. Una economía de neto corte nacional que puso al mundo del trabajo en el centro de la escena nacional.

En efecto, hubo un claro y explícito reconocimiento de las organizaciones sindicales y de la labor que realizamos en favor del mundo del trabajo.

Y un párrafo aparte, por su importancia y trascendencia, merece el regreso a las negociaciones paritarias, dónde nos pudimos volver a sentar cara a cara trabajadores y empresarios para conversar, discutir, discrepar y acordar los caminos a recorrer para llevar dignidad al rabajador. Por primera vez en mucho tiempo, sentíamos que el gobierno no sólo no era neutral, sino que tomaba partido, activamente, por el mundo del trabajo.

Por estos someros enunciados, y por los años en que los trabajadores recuperamos fuertemente nuestro poder adquisitivo y nuestra calidad de vida, es que recordamos con reconocimiento, afecto y agradecimiento, a ese gran argentino: Presidente Néstor Carlos Kirchner