

El individuo, cuya identidad se mantiene en reserva para proteger la identidad de las víctimas, enfrentó una serie de cargos, que incluyen "coacción agravada" en dos ocasiones, "abusos sexuales en perjuicio de menores" en dos ocasiones y la "tenencia ilegal de armas de fuego, de guerra y de uso civil" en tres casos diferentes.
Los terribles hechos que llevaron a esta condena ocurrieron en una residencia ubicada en la calle 14 al 3200 de Necochea, según la investigación policial y judicial.
La noticia sobre la sentencia se dio a conocer después de un extenso debate oral en el Tribunal Criminal Nº 1, donde los jueces Mirta Cuadrado, Luciana Irigoyen Testa y Aldo Rau emitieron su veredicto de manera unánime.
La decisión judicial marcó una notoria diferencia con la solicitud inicial del fiscal Marcos Bendersky, quien había abogado por una pena de 30 años de prisión debido a la gravedad de los delitos cometidos por el acusado.
En su resolución, la jueza Mirta Cuadrado declaró: "Antes de entrar en el análisis de la prueba de cada delito, y con el propósito de evitar sorpresas en mi voto, quiero dejar claro que seguiré la línea de argumentación presentada por el Ministerio Público Fiscal, representado por el fiscal Marcos Bendersky. Asumiré que el individuo es penalmente responsable de todos los delitos que se le imputan".
La magistrada continuó: "Analizaré estos delitos en el mismo orden en que se presentaron en la requisitoria de elevación a juicio, agrupándolos de acuerdo a su naturaleza y circunstancias".
"Primero, abordaré los hechos 1 y 2 (coacción agravada), luego los relacionados con el allanamiento en la residencia del acusado: hechos 3, 4 y 5, que involucran la tenencia ilegal de armas de fuego de guerra y de uso civil, y finalmente, los abusos sexuales cometidos contra sus hijas menores de edad, conocidos como hechos 6 y 7", explicó. Este enfoque metódico permitió una presentación organizada de los delitos durante el juicio, proporcionando una visión clara de la serie de crímenes perpetrados por el acusado.
El condenado, cuya identidad no ha sido divulgada públicamente, permanece detenido en la cárcel de Villa Floresta, Bahía Blanca, donde cumplirá su pena por estos actos aberrantes que han conmocionado a la comunidad de Necochea, mientras la discusión sobre la duración de su sentencia continúa siendo un tema de debate.