

La tarea es relatada por las 'marias' que trabajan en el centro operativo. Evolucionó un servicio que recibió 920.050 comunicaciones en diez años.
El silencio que inunda la sala donde las y los trabajadores atienden los llamados se debe a su escucha atenta de relatos atravesados por las violencias.
Hay un tono de voz amable, una expresión corporal, una gesticulación en las respuestas, como si tuvieran a las personas cara a cara.
Es que los relatos pueden ser desgarradores, por eso, en estos 10 años quienes atienen los llamados al 144 fueron encontrando estrategias y soportes profesionales para sostener una tarea que eligen hacer cada día porque "la sensación es de que hacemos algo, que colaboramos".
"Por supuesto que hay frustraciones, pero el 'gracias' de muchas personas justifica cada día", comparte una trabajadora en un encuentro con periodistas.
La Línea 144 de contención, asesoramiento e información ante situaciones de violencia de género se inauguró el 17 de septiembre de 2013, como parte de las políticas públicas de prevención y asistencia ante esta violación de derechos.
Funciona en tres sedes: una nacional, una de provincia de Buenos Aires y una de Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
"Hay articulación y coordinación permanente entre las sedes, por eso está garantizada la atención las 24 horas, los 365 días del año", dice Laurana Malacalza, subsecretaría de Abordaje Integral de las Violencias por Razones de Género del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidades (MMGyD), del cual depende la línea 144.
La funcionaria, junto a Florencia Ferreira, titular de la Dirección Nacional de Asistencia Integral a las Víctimas de Violencia por Razones de Género, y Cecilia Maloberti, directora de la Línea 144, realizan un balance de esta década del servicio.
Destacan como un logro la incorporación de la Línea al Sistema Integrado de Casos de Violencia por Motivos de Género que reúne la información de toda persona que recurrió al Estado por asesoramiento o ayuda.
"Evita la revictimización, la mujer no tiene que volver a contar todo de nuevo. Se mira en el sistema su situación y las respuestas estatales", resalta Ferreira.
Otro avance es la articulación con otras líneas nacionales: el 911; el 141 de consumo problemático de sustancias de Sedronar; la 134 de violencia de género al interior de fuerzas de seguridad y desapariciones de personas del Ministerio de Seguridad; la 102 para la atención especializada sobre los derechos de niñas, niños y adolescentes del Ministerio de Desarrollo Social; el 0800 de violencia institucional, la 145 para casos de trata y explotación de personas, y la 137 para hechos de violencia familiar y sexual del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
"Hay provincias que tienen sus propias líneas de asistencia. Lo importante es que existan y brinden respuestas. Las políticas sobre violencia de género no compiten", subraya Malacalza.