La comunidad de Necochea y Quequén se encuentra conmocionada tras una serie de trágicos accidentes que han cobrado la vida de seis jóvenes en lo que va del año. Lamentablemente, estas pérdidas se suman a una preocupante tendencia de fatalidades en la región, dejando un profundo dolor y una urgente llamado a la conciencia y a la seguridad vial.

Entre los fallecidos se encuentran Lautaro Daniel Desinder y Erik Nahuel Somoza Cejas, ambos de 21 años, quienes perdieron la vida en una picada ilegal de motos en Necochea. El resultado de las autopsias reveló que sufrieron un "traumatismo craneoencefálico grave", lo que causó una muerte instantánea. Ninguno llevaba puesto casco en el momento del impacto, evidenciando la gravedad de la situación y la necesidad de promover el uso de elementos de protección.

Además, se suma el trágico destino de Juan Piñero (22), quien fue impactado por otra moto durante una picada en Quequén en 2023, y de Juan Cruz Laterza (23), quien falleció al caerse de su motocicleta en la avenida 75 y la calle 86 en abril pasado. Este martes por la noche, la comunidad se vio sacudida nuevamente con la pérdida de Jonathan Rodríguez (21), quien chocó su moto con una camioneta en Quequén, siendo la tercera muerte de un joven de 21 años en menos de 48 horas.

Ante esta situación, la comunidad se encuentra dividida, por un lado reclama un mayor control por parte de las autoridades municipales para evitar actividades ilegales como las picadas de motos que podrían tener consecuancias fatales para inocentes y por otro lado reniegan de la actitud de los motociclistas al manejar de manera irresponsable.

El fiscal José Luis Cipolletti de la UFI N° 1 de Necochea, quien ha estado a cargo de investigar estos lamentables sucesos, subraya la necesidad de una pericia accidentológica para determinar las circunstancias exactas de los accidentes. Cipoletti destacó la necesidad de testigos que aporten aún mas pruebas, cosa que se torna difícil en este tipo de accidentes. 

La imprudencia y la falta de conciencia sobre la seguridad vial han cobrado un alto precio en la región, dejando un vacío irremplazable en las familias y en la comunidad en general. Es momento de reflexionar y tomar medidas concretas para prevenir futuras tragedias y promover una cultura vial responsable.