En un día como hoy lleno de nostalgia y dolor por la muerte del maestro Traverso, quisimos recordar aquella épica victoria  del legendario piloto Juan María "El Flaco" Traverso en nuestra ciudad.  El piloto de Ramallo escribió una página inolvidable en la historia del automovilismo argentino al consagrarse ganador en la clásica "Vuelta de Necochea" de 1983.

El evento, que tuvo lugar el 24 de abril de aquel año, vio a Traverso y su equipo WEST/CINCOTTA enfrentarse a una competencia feroz en el marco de la tercera fecha del campeonato de Turismo Carretera.

Desde el inicio, la jornada estuvo marcada por intensas batallas en la pista y emocionantes giros en la carrera. Tres series preliminares dieron paso a una final electrizante, donde Traverso se destacaría como protagonista indiscutible.

En las series clasificatorias, nombres como Jorge Martínez Boero, Juan Ayarza Garre, y Emilio Satriano demostraron su destreza y determinación en la pista. Sin embargo, fue en la carrera final donde la verdadera magia del automovilismo se desató.

El duelo en la pista fue implacable. Martínez Boero lideró durante buena parte de la carrera, hasta que problemas mecánicos le arrebataron la punta. Otros contendientes como el "Toro" Mouras lucharon con sus propias dificultades, dejando espacio para que Traverso emergiera como el líder indiscutible.

Con un rendimiento impecable, Traverso cruzó la línea de meta en su Ford, asegurando no solo la victoria en la carrera, sino también el liderazgo en el campeonato. Su tiempo de 47 minutos y 17 segundos fue un testimonio de su habilidad y determinación en la pista.

Detrás de Traverso, figuras como Emilio Satriano y Osvaldo Sasso completaron el podio, mientras que nombres como Jorge Oyhanart y Mariano Calamante destacaron con su desempeño en la competencia.

El récord de vueltas establecido por Martínez Boero agregó un toque adicional de emoción a la jornada, demostrando la velocidad y la destreza de los competidores en la pista de Necochea.

La victoria de Traverso en la "Vuelta de Necochea" de 1983 no solo quedará grabada en los anuales del automovilismo argentino, sino que también servirá como inspiración para las generaciones futuras de pilotos y aficionados, recordándoles el poder del talento, la pasión y la perseverancia en el mundo del automovilismo.