

Juan Carlos Salas, el profesional en cuestión, enfrenta serios cargos por abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual con acceso carnal, tras ser denunciado por dos internos por suministrarles medicamentos a cambio de relaciones sexuales.
La investigación revela una mecánica perturbadora: Salas habría entregado hasta 300 pastillas de rivotril o clonazepán a los reclusos, aprovechando su condición de vulnerabilidad en el sistema penitenciario. Además, se encontraron preservativos usados y gel íntimo en su gabinete personal, como evidencia de sus acciones.
El operativo de arresto, llevado a cabo por la DDI Mar del Plata, tuvo lugar en las calles de la ciudad, ya que Salas no se dirigió directamente a la unidad penal después de salir de su casa.
Este perturbador caso ha generado conmoción en la comunidad y plantea serias preguntas sobre la seguridad y el tratamiento de los reclusos en el sistema penitenciario. La fiscal María Florencia Salas, titular de la UFI N°1, lidera la investigación mientras se espera el desarrollo de los procedimientos legales subsiguientes.