

"La baja del mínimo no imponible representa un duro golpe a los ya deprimidos ingresos de los trabajadores", afirmó la CGT en su comunicado. Además, expresaron su preocupación por el impacto negativo en el poder adquisitivo de los salarios, que ya se encuentran afectados por altos índices de inflación acumulada.
La central obrera también criticó que la restitución de este impuesto podría incentivar la informalidad laboral y perjudicar la reactivación de las economías regionales, al reducir los fondos disponibles para el consumo interno en un contexto de depresión económica.
Además, la CGT señaló la paradoja de la eliminación simultánea del impuesto a los bienes personales, describiéndolo como un movimiento fiscal regresivo que gravará el trabajo mientras desgrava grandes patrimonios.
"Esta Confederación General del Trabajo reafirma su compromiso en la defensa del salario de los trabajadores y utilizará todas las herramientas a su alcance para garantizar que el esfuerzo y la dedicación de quienes generan riqueza en Argentina se vea reflejado en sus ingresos", concluyó el comunicado, firmado por el Consejo Directivo Nacional de la CGT.
La discusión sobre el impacto económico y social de estas medidas fiscales continúa en el debate público argentino, mientras la CGT busca defender los intereses de los trabajadores frente a los cambios legislativos recientes.