

El acusado espera en la comisaría la instalación del dispositivo electrónico que le permitirá cumplir la prisión domiciliaria en la residencia de su padre, ubicada en Av. 2 al 4500. Este traslado ha generado controversia entre los ciudadanos, quienes claman por cárcel común ante la pérdida irreparable.
Recientemente, se llevó a cabo una audiencia crucial donde la fiscalía, la defensa y el imputado se encontraron con la jueza Aida Lehz. Durante el encuentro, Aprea expresó sus disculpas, aunque nada podrá devolver la vida del respetado maestro. Según testimonios y videos presentados en la causa, Apella caminaba junto a una amiga de manera prudente y en línea recta, mientras que Aprea conducía a alta velocidad y no logró evitar el impacto ni frenar a tiempo.
Este trágico incidente no es el primero en la historia de Aprea, quien anteriormente había perdido su licencia de conducir por un año debido a conductas imprudentes similares. En el proceso judicial, pendiente está la realización de la pericia accidentológica para determinar con precisión las circunstancias del accidente, incluida la velocidad a la que circulaba Aprea, aspecto crucial para esclarecer la causa del mismo.
La vivienda familiar de los Aprea ha sido evaluada y considerada apta por la Dirección de Monitoreo, lo que allana el camino para que el acusado cumpla su arresto domiciliario mientras aguarda el juicio. Se espera que se designen peritos para analizar los detalles del accidente, con la posibilidad de que surjan nuevos testigos que aporten información clave.
El proceso judicial podría sucederse en aproximadamente un año, durante el cual se determinará la imputación de Aprea, actualmente acusado de Homicidio Culposo con agravante por conducción temeraria bajo los efectos del alcohol. Según el Código Penal argentino, las penas por Homicidio Culposo van desde 1 a 5 años de prisión en su figura básica, y de 3 a 6 años en sus modalidades agravadas por la concurrencia de culpa temeraria.
La posibilidad de que la defensa de la familia Apella se presente como particular damnificada en el juicio abre la puerta a una potencial solicitud de cambio de carátula a Homicidio Doloso, lo cual podría conllevar penas significativamente más severas en caso de condena. En los casos de Homicidio Doloso, las penas van de 8 a 25 años de prisión, dependiendo de las circunstancias y la gravedad del delito probado.
El destino de Marcos Aprea se encuentra ahora en manos de la justicia, mientras la comunidad necochense sigue esperando respuestas y justicia para Germán Apella, quien le arrebataron la vida de manera trágica y evitable en este lamentable suceso.