La comunidad swinger en Argentina ha dado un paso hacia la visibilidad con la realización de su primer censo por parte de la Asociación Civil Swinger Liberal Argentina (ASLA). En agosto pasado, 1.300 personas participaron de esta encuesta anónima y online, que ha permitido obtener un panorama sobre quiénes son, dónde viven y qué buscan aquellos que practican este estilo de vida.

Los resultados: el 45% de los swingers argentinos reside en el conurbano bonaerense, seguido por un 14% en la Ciudad de Buenos Aires y un 12% en Mar del Plata. Mientras tanto, ciudades del interior, como Necochea, se encuentran en un modesto 4%, lo que indica que, aunque no seamos un destino principal, hay un espacio para explorar y entender esta realidad en nuestra comunidad.

En cuanto a la composición demográfica, el censo revela que la mayoría de los swingers tiene entre 41 y 50 años (39%), seguido por aquellos de 31 a 40 años (29%). Este rango etario sugiere que el interés por el intercambio de parejas es más común entre personas adultas, quizás buscando nuevas formas de explorar la intimidad.

La visión de ASLA

Pablo Ferreyra, presidente de ASLA, expresó que el censo tiene múltiples objetivos, siendo uno de los principales el reconocimiento de la comunidad y la identificación de sus miembros. “Como institución, necesitamos saber dónde están las personas de nuestra comunidad para establecer políticas de acercamiento, difusión y concientización sobre temas que nos atañen, como la sociabilización y la defensa del derecho a vivir en libertad nuestra sexualidad sin discriminación”, comentó.

El censo también sirve para desmitificar las creencias erróneas que rodean al swinger. Ferreyra explicó que muchos nuevos en esta práctica creen que sus deseos son únicos. “Reconocer que no estamos solos es fundamental para disfrutar desde el inicio y prevenir errores comunes y frustraciones”, dijo.

A pesar del avance en la visibilidad, la comunidad swinger enfrenta desafíos significativos. Uno de los principales reclamos de los encuestados es la falta de un marco legal que los proteja. “Hoy en día no hay un marco legal que habilite a las personas de nuestra comunidad a relacionarse íntimamente en clubes”, explicó Ferreyra. “Esto es parte de una percepción más amplia de discriminación y persecución.”

La comunidad anhela establecer normativas que regulen su actividad y protejan sus derechos, una tarea que Ferreyra y ASLA han tomado como uno de sus principales objetivos. “Queremos que nuestros espacios estén regulados y sean seguros para todos”, afirmó.

La realidad en Necochea

Si bien Necochea no aparece en las estadísticas como un punto caliente para los swingers, su inclusión en el 4% del interior bonaerense sugiere que hay un número de personas interesadas en este estilo de vida. La pregunta que surge es: ¿existe una comunidad oculta en nuestra ciudad que busca ser reconocida?

Este censo es un primer paso hacia la apertura del diálogo sobre la diversidad de prácticas y deseos que pueden existir en Necochea. La información recogida no solo ofrece una visión clara de la comunidad swinger a nivel nacional, sino que también invita a las personas de nuestra ciudad a explorar y compartir sus experiencias sin miedo a ser juzgadas.

¿Qué significa ser swinger?

El censo incluyó preguntas que indagan sobre la identidad de los swingers, como la edad, el género, y su percepción sobre el intercambio de parejas. Las respuestas reflejan una búsqueda de aceptación y una necesidad de comunidad, donde se reconozcan los deseos y se fomente un ambiente de respeto.

La conclusión es clara: aunque Necochea no sea un centro destacado de la cultura swinger, la existencia de un grupo en el 4% del interior bonaerense abre la puerta a nuevas posibilidades. 

En definitiva, el censo de ASLA no solo expone una realidad en el ámbito swinger, sino que también invita a reflexionar sobre la diversidad sexual y la necesidad de espacios seguros para explorarla. ¿Estamos listos para abrir el diálogo en Necochea? La respuesta está por verse.

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