

Los representantes de las entidades rurales manifestaron su inquietud sobre cómo esta tasa podría impactar en el costo de producción y en la rentabilidad de los productores locales. Se espera que el proyecto sea revisado por la Secretaría de Hacienda y Finanzas Públicas y la Secretaría de Legal y Técnica antes de su regreso al HCD para continuar con su tratamiento.
En diálogo con NDEN, Eugenio Cardenau, presidente de la Sociedad Rural de Necochea y miembro de CARBAP y las Sociedades Rurales del Sudeste, compartió la perspectiva de Kristiansen. El concejal sostiene que “hay un desequilibrio con respecto al daño ambiental producido por la cadena agroexportadora, eso en alguna medida se tenía que equilibrar destinando el dinero de la tasa para eso. Y obviamente el daño que produce la actividad en los caminos de Quequén y se habló también de la salud”, explicó Cardenau, quien también subrayó la importancia de que los fondos recaudados se utilicen de manera efectiva y transparente.
El concejal Kristiansen aseguró que su intención no era afectar a la producción primaria. Sin embargo, Cardenau contrarrestó esta afirmación, indicando que “cualquier costa que se añade lo paga el productor primario, porque más allá de que efectivamente sea el exportador o la terminal que tenga que abonarla, lo que va a ocurrir es que después lo descuenta del precio que le paga el productor”.
Además, Cardenau cuestionó la perspectiva local del concejal: “La agroexportación aporta el 80% de los ingresos y la presión impositiva es enorme en provincia y nación. Diríamos que el Municipio debería apuntar hacia otro lado, no a seguir presionando más al productor agropecuario”.
En la reunión también se debatió sobre la falta de credibilidad en la gestión de los fondos. Cardenau afirmó: “Nosotros desde el sector de la producción no tenemos credibilidad respecto a esto, ya que la tasa de la hectárea que se paga por caminos rurales era una tasa afectada y en la gestión de Rojas fue desafectada”.
“Planteamos que haya mejor manejo de recursos”, continuó Cardenau, señalando que actualmente solo se utiliza entre el 40% y el 50% de los fondos para el mantenimiento de caminos. “No confiamos que realmente se vaya a hacer lo que dicen que van a hacer”, añadió.
Por último, Cardenau advirtió sobre las posibles consecuencias del aumento de costos en el puerto: “Esto va a provocar una merma en lo que es la elevación en puerto Quequén, y se enviará más mercadería al puerto de Bahía Blanca”. Además, sugirió que el enfoque del proyecto debería ser al revés: “Se debe plantear primero un plan de obra, un puente, un acceso y de ahí sacar costos, porque de esta manera se habla de medio dólar por tonelada y mañana dicen 1 o 5. Creemos que el proceso está hecho al revés de lo que debería ser”.
En resumen, la reunión puso de relieve las tensiones existentes entre las necesidades de infraestructura y el impacto económico en los productores locales, resaltando la importancia de un diálogo abierto y la gestión responsable de los recursos.