La belleza habitual del río Quequén se presenta por estas horas con un atractivo inesperado: una pronunciada bajante que ha dejado al descubierto detalles del cauce normalmente ocultos bajo el agua. En tramos cercanos al ex puente ferroviario, las piedras que antes permanecían sumergidas ahora son claramente visibles. En el Puente Dardo Rocha, las orillas se muestran mucho más amplias de lo habitual, lo que ha sorprendido a quienes transitan por el lugar.

¿Qué provoca esta bajante?
Según explicaciones técnicas, este fenómeno se debe a una serie de factores naturales. La Luna Llena, que influye de manera directa en las mareas, tiene un impacto en las bajamares y pleamares del río. Como el cauce del Quequén está determinado por las mareas del océano Atlántico, la falta de viento del sur y las escasas lluvias río arriba contribuyen a reducir el caudal, acentuando la bajante.

Se apunta a que el río podría estar atravesando una etapa de mareas de sicigia y cuadratura lunar, eventos astronómicos relacionados con las fases de la Luna y las posiciones relativas del Sol, la Tierra y la Luna. Estos factores influyen en la intensidad de las mareas debido a la interacción gravitatoria de los cuerpos celestes, un fenómeno natural que impacta el nivel del agua del río.

Un paisaje transformado
Las imágenes compartidas en redes sociales muestran cómo el nivel del agua ha disminuido de forma notoria, revelando elementos del río que, por lo general, permanecen sumergidos. Este fenómeno no solo resalta la belleza del entorno ribereño, sino que también invita a reflexionar sobre la influencia de los factores astronómicos y climáticos en la dinámica de los cuerpos de agua.