Opinión | 23 nov 2024
Educación
Universidad de las Madres: una historia de persecución y estigmas
La institución es un lugar emblemático que el gobierno nacional quiere hacer desaparecer: secuestraron los salarios y deben 10 meses. Como la justicia le dijo que no la intervenga, apelaron a un show armado que se desmintió en cinco minutos. Un relato para NdeN de lo que viven los trabajadores de UNMA.
Por: Santiago Giorello
A principios de siglo las Madres de Plaza de Mayo empezaron junto a un colectivo de organizaciones y profesionales a construir un viejo anhelo: hacer una universidad para trabajadores y trabajadoras, con un perfil social que permita pensar desde lo solidario y saliendo de las lógicas del mercado.
Con muchas trabas en el camino y tras varias luchas, se logró normalizar en 2023 para construirse como Universidad Nacional-antes Instituto Universitario- Desde el 10 de diciembre pasado sufre persecución ideológica y económica por parte del Gobierno Nacional: no le asignaron el presupuesto ni para pagar el seguro de los estudiantes, de una locación que está literalmente a cien metros de la Casa Rosada, por lo que los docentes trabajan vía virtual. Es decir, laburantes docentes y no docentes no cobran hace once meses, en un contexto de inflación y aumento de precios.
Con este escenario, el gobierno puso a un equipo comandado por el ex militante sciolista Eduardo Maurizzio para que intervenga la institución mientras cobra desde Agosto, acompañado por un apoyo mediático de los medios aliados como Infobae, Clarín y La Nación. Como no tienen elementos legales –la justicia le pidió que devuelvan la caja y el normal funcionamiento- apuntan a recursos banales como la instalación de un boliche al lado de las aulas. En minutos se desmintió: esa sede de Once se dejó de utilizar en el 2019.
Este armado anunciado por el vocero Adorni se explica en una coyuntura desesperada para quedarse con la historia de un pueblo que lleva casi 25 años formando profesionales. Es que un día antes, una jueza de San Martín dio una medida cautelar que le obliga a los interventores a devolver la plata secuestrada para pagar sueldos y hacer funcionar sus oficinas.
A diario, los docentes recibimos correos electrónicos de amedrentamiento para que “trabajemos” en una universidad paralela, creada por Milei. Hasta nos quitaron del registro oficial en blanco tras haber concursado con los papeles en regla. Incluso, intentaron robar documentación días atrás para borrar la historia.
En lo discursivo, intentaron desarmar las movilizaciones masivas e históricas de este año por la Universidad Pública en todo el país. No hay auditoría más estricta que en las universidades. Los sueldos son precarios, si se hacen proyectos de extensión o investigación se deben rendir punto por punto.
Por eso, el gobierno intenta estigmatizar a laburantes con el objetivo de anular la historia de un pueblo, algo que nunca podrán, porque no nos mueve la plata –hemos estado hasta dos años sin cobrar- si no las convicciones. Hay que dejar de meterse en la autonomía universitaria y dejar de perseguir las posibilidades de ascenso social de nuestro pueblo.
Santiago Giorello, docente de la Universidad de las Madres.
Profesor adjunto de la materia Comunicación Comunitaria.