lunes 13 de enero de 2025 - Edición Nº3025

Opinión | 30 dic 2024

crónica

La Renga sacudió Necochea: Pablo Skorupski relata una noche histórica vivida sin estar en el Polideportivo

La histórica presentación de La Renga en Necochea dejó una huella imborrable, incluso para aquellos que no estuvieron en el Polideportivo Municipal. Pablo Skorupski, quien vivió el recital desde la distancia, comparte su mirada sobre un evento que sacudió la ciudad y reavivó la pasión por el rock.


Por: Pablo Skorupski

La antesala de un show histórico

Resulta extraño escribir una crónica de un recital al que no fui, pero de alguna manera me vi envuelto de principio a fin, el cual pude escuchar y apreciar, sin estar ahí. Pero así fue.

Hace ya un par de meses, cuando la noticia que en principio era un fuerte rumor se convirtió en una confirmación oficial, empezaron a tomar vuelo un montón de sensaciones que se respiraban en el día a día por las calles de Necochea. El concierto de La Renga en el Polideportivo Municipal pasó a ser EL tema de conversación excluyente. En los bares, en la calle, en los recitales de bandas locales, en el almacén, en la oficina, en las mesas familiares. Posiciones apasionadas y encontradas alimentaban el debate. Algarabía por parte de los fans, incredulidad y escepticismo en buena parte de los vecinos, gestos de aprobación en otras personas ajenas al palo del rock pero con ganas de que pase algo grande y una buena dosis de horror en algunas gentes que parecían creer que hordas de forajidos tomarían por asalto la ciudad arrasando todo a su paso. Sí, suena muy “Easy Rider” pero así era el clima que se respiraba.

Hasta que el día finalmente llegó. Precedido por un incremento repentino en el movimiento de la ciudad, sacudiendo la monotonía de una temporada veraniega alicaída que aún no despegaba, con unas condiciones meteorológicas que hasta el momento no ayudaron. El sábado 28 de diciembre el ambiente era distinto a todo lo que me ha tocado ver en los casi cinco años que llevo viviendo en esta ciudad. Mucha gente que arribaba contenta, con ánimo de festejo, con una alegría contagiosa. Llegaban desde todos los rincones del país, cambiando por completo la fisonomía de la villa balnearia. Pelos largos, prendas de colores oscuros, desfachatez despreocupada. ¡Claro que se sentía bien estar mezclado en todo aquello!

La tensión de la espera

Fui testigo de situaciones surrealistas, choques culturales cuanto menos curiosos. Vecinos asomándose con asombro desde las puertas de sus casas contemplando el paso de la muchachada rockera como si se tratara de una especie de invasión alienígena. A la vez, la convivencia amable en el mercadito de la esquina de un par de muchachos comprando provisiones junto a la doña con la bolsita de las compras diarias, en perfecta armonía. En fin, varias postales que quedarán grabadas en mi mente, en lo que fue un día único. ¿El principio de algo nuevo? Eso el tiempo lo dirá.

 

La Renga en el Polideportivo: pura energía

Tras las actuaciones de los grupos de apertura, Bulldozer de Sierra de la Ventana y los locales El Plan de la Mariposa, La Renga dio inicio a su set a las 21:55. El arranque fue a toda máquina: “Buena Ruta Hermano”, “Buena Pipa”, “A Tu Lado”, “Tripa y Corazón” y “A la Carga Mi Rock and Roll” despabilaron a todo el mundo.

Como dije al principio de este artículo, no estuve presente en el concierto; pero al vivir a cuatro cuadras del predio, pude escucharlo de manera inmejorable y sacar algunas conclusiones que luego fueron confirmadas al leer en las redes los testimonios de gente que asistió al show. El sonido, al menos en mi patio, era excelente, nítido, contundente. Por otro lado, al haberle perdido el rastro a la banda durante años, me sorprendí gratamente por la buena forma en que se encuentran. Llegué a esa deducción al notar que tocaron durante más de dos horas sin interrupciones, un tema atrás de otro, sin que Chizzo se resintiera vocalmente en ningún momento y sin que el grupo perdiera potencia o contundencia. Nada mal para tipos que están pisando los 60 años. En todo ese tramo, el setlist se lució con la incorporación de clásicos como “Motoralmaisangre”, “Cuando Vendrán”, “Bien Alto”, “En el Baldío”, “El Revelde”, “El Viento que Todo Empuja”, entre otros. También hubo lugar para canciones de la primera etapa de la banda, como “El Rito de los Corazones Sangrando”, “El Juicio del Ganso” o ese temazo de El Tri que La Renga hizo suyo, me refiero a “Triste Canción de Amor”. Ah y también hubo lugar para un estreno, Necochea tuvo ese privilegio: “Hay Un Tirano que Es Para Vos” sonó en vivo por primera vez y ya puede escucharse en todas las plataformas.

 

El recuerdo del show: una energía que se sintió a lo lejos

Al momento de los bises, destacaron “Panic Show”, “La Razón que Te Demora” y “Hablando de la Libertad”. Se escuchaba el rugido histórico de la multitud. Mientras yo, desde mi sillón, ensayaba una mueca de satisfacción.

Así pasó La Renga por Necochea; con su propuesta de rock directo, crudo, simple y efectivo, siguen construyendo su universo que suma adeptos.

 

Reflexión final: un rock que sigue vivo

En lo personal, estos días me llevaron de nuevo a mi época de adolescencia/juventud a fines de los ‘90s y principios de los 2000, cuando escuchar aquella trilogía de discos de La Renga producidos por Mollo fueron parte de mi camino hacia sonidos más pesados. Reescuchar hoy al grupo de Nápoli y los hermanos Iglesias, con todo el camino recorrido, me hacen tener otra valoración hacia la banda; el respeto que se han ganado con los años está bien sustentado por lo que demuestran en vivo. Además, es la demostración de que el rock sigue ahí, que es algo vivo, porque aún hay gente dispuesta a disfrutarlo. Aunque esto último ya lo sabíamos, está bueno que cada tanto un suceso como este nos lo recuerde.

 

 

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