

La protesta frente al puerto fue convocada para expresar la disconformidad de los trabajadores portuarios, que consideran que el proyecto de Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), promovido por el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, amenaza directamente la flota nacional, crucial para el abastecimiento de productos esenciales como combustibles, alimentos y medicamentos.
Gabriela Sacco, secretaria general de la CTA Necochea, fue una de las principales oradoras durante la manifestación. En sus declaraciones, expresó: "Nos manifestamos contra la reforma que busca entregar nuestra Marina Mercante a empresas extranjeras. No podemos permitir que se pongan en riesgo fuentes de trabajo y la soberanía económica del país".
Los gremios que participaron en la movilización, especialmente los miembros de la FeSiMaF, advirtieron que la desregulación del cabotaje no solo significaría la entrada de empresas extranjeras al mercado nacional, sino también una posible perdida de soberanía económica y el despido masivo de trabajadores nacionales, además de una fuga de divisas al exterior debido al pago de fletes internacionales.
Los sindicatos hicieron hincapié en que la Marina Mercante tiene un valor estratégico para el país, destacando su papel fundamental durante la Gesta de Malvinas y en la pandemia de COVID-19, cuando garantizó el abastecimiento de insumos esenciales. De acuerdo con los gremios, la desregulación pone en peligro esta capacidad.
La protesta también estuvo centrada en la apertura del mercado de cabotaje a compañías extranjeras, lo que los trabajadores consideran un grave error. Según los sindicatos, esto resultaría en la entrega de la flota nacional a manos extranjeras, lo que afectaría tanto a la producción nacional como a la soberanía comercial. Además, advirtieron que la apertura de este mercado fue un proceso similar al ocurrido en los años 90, cuando la flota mercante argentina fue destruida, lo que tuvo efectos devastadores en la economía nacional.
A nivel internacional, los gremios señalaron que alrededor de 96 países han adoptado políticas para garantizar que el cabotaje sea realizado por embarcaciones nacionales, y lamentaron que Argentina podría seguir un camino contrario, poniendo en peligro la industria marítima local.
La manifestación frente al Puerto de Quequén también fue un llamado de alerta: si el gobierno nacional sigue adelante con la reforma, los sindicatos no descartan la posibilidad de tomar medidas de fuerza. Con ello, buscan evitar lo que consideran una grave amenaza para el futuro de la Marina Mercante Argentina y el empleo de miles de trabajadores del sector.