

Las tareas de mantenimiento incluyeron diversas reparaciones y ajustes en componentes clave de la defensa, como la válvula de alivio, encargada de regular la presión en situaciones de sobrepresión durante las operaciones. También se realizaron trabajos sobre la válvula de inflado, vital para la correcta inflación del dispositivo, y se reparó la malla de protección, con el reemplazo de las cadenas deterioradas y los neumáticos que la componen.
Una vez completadas las reparaciones, se procedió a inflar nuevamente la defensa y a realizar las pruebas de carga necesarias para asegurar su correcta funcionalidad. Posteriormente, se emitió el certificado de inspección correspondiente, confirmando que la defensa neumática había superado todos los controles requeridos.
El proceso no terminó allí: debido a las grandes dimensiones de la defensa, que mide 4 metros de diámetro (incluyendo la malla de protección) y 5,50 metros de largo, se requirió una operación logística especial para su traslado de vuelta a Puerto Quequén. Este proceso demandó permisos y consideraciones especiales para garantizar que la pieza llegara en perfecto estado.
Este tipo de acciones de mantenimiento no solo reflejan el compromiso de Puerto Quequén con la seguridad y la eficiencia de sus operaciones, sino que también forman parte de un plan más amplio de modernización de la infraestructura portuaria. La terminal continúa apostando por la mejora constante de sus instalaciones, asegurando que cada componente esté en condiciones óptimas para el servicio.