

El Decreto 37/2025, publicado recientemente por el gobierno nacional, eliminó la obligatoriedad de contratar serenos de buque, una figura clave en la seguridad de las embarcaciones en puerto. Esta medida, que pasó a ser opcional para las agencias marítimas, ha generado un impacto inmediato en los trabajadores portuarios, quienes ahora se ven sin trabajo debido a la desregulación del sector.
En este contexto, la Lic. Jimena López, presidenta del Consorcio de Gestión del Puerto Quequén, firmó una disposición que resalta la importancia de la presencia de los serenos, no solo para la seguridad de los buques amarrados, sino también para la protección de las cargas y otras instalaciones del puerto. En su disposición, López recomendó que el servicio de los serenos continúe bajo los términos previstos por el Decreto 890/80, sin la modificación establecida por el Decreto 37/2025.
Desde el Sindicato Único de Serenos de Buques denunciaron a NDEN Noticias que la medida compromete la seguridad en los puertos, especialmente con los barcos de bandera extranjera. “Sin serenos, la seguridad del buque está en peligro y se pueden perder más puestos de trabajo”, alertaron desde el gremio.
La figura del sereno de buque es esencial para el control de las embarcaciones, incluyendo la detección de derrames de líquidos, contaminación, contrabando, trata de personas o narcotráfico. El sereno es un civil auxiliar de la Prefectura Naval Argentina (PNA) y su presencia en el barco no representa un gasto para el Estado, ya que es financiado por las empresas internacionales que operan las embarcaciones. Sin embargo, con la nueva normativa, las navieras ya no están obligadas a contratar serenos, lo que pone en riesgo tanto la seguridad marítima como los puestos laborales de los trabajadores que desempeñaban esta función.
Fuentes portuarias confirmaron a NDEN Noticias que Brisamar mantiene detenida la carga de un buque que espera 14 mil toneladas, citando como excusa el costo de 500 dólares por la contratación de cada sereno. “La miseria es que esos dos trabajadores cuestan 500 dólares, mientras que el buque está esperando 14 mil toneladas para cargar”, aseguraron desde la fuente gremial. “Es un costo insignificante en las operaciones y parece una actitud totalmente anti-laboral”, añadieron.
El temor es que si la postura de Brisamar persiste, el conflicto podría escalar, afectando no solo el giro 4/5, sino que podría paralizar toda la operativa portuaria de la terminal. Además, los gremios temen que, con la desregulación, los trabajadores portuarios queden desprotegidos y se vean reemplazados por tripulantes extranjeros con contratos precarios. “Cuando hay un cambio de bandera, muchos compañeros lo han vivido: se trabaja sin jubilación, sin francos, sin aportes. Con esta nueva normativa, podrían traer marineros de otros países con contratos mucho más precarios”, denunciaron.
En este contexto, los gremios llaman a la unidad del sector para resistir los cambios que consideran perjudiciales para los trabajadores. “Hoy más que nunca tenemos que estar juntos para no perder los derechos que tanto nos costó conseguir”, concluyeron. Una fuente gremial advirtió: “Si Brisighelli no recapacita, van a pagar buenos por malos”.
El conflicto sigue abierto, y si Brisamar no cede, las negociaciones podrían no ser suficientes para evitar una paralización total de la terminal, lo que afectaría gravemente la actividad portuaria en Necochea.