

El impacto de la suspensión es directo: en octubre de 2025, los argentinos votarán solo una vez para elegir a los senadores y diputados nacionales. De esta forma, el calendario electoral se ve modificado, ya que el tradicional proceso de primarias será eliminado, y se celebrará una única elección general.
El proyecto fue defendido por Alejandra Vigo, quien argumentó que las PASO “no resuelven los problemas de la política” y que los ciudadanos no deben ser forzados a votar cuando no haya múltiples opciones. En cambio, los opositores a la medida, como Francisco Paoltroni y varios senadores radicales, advirtieron sobre los riesgos para la democracia. Paoltroni calificó las PASO como “una gran herramienta” que permitió a muchos ciudadanos presentar sus propuestas políticas sin necesidad de la estructura de un partido. "Esto es la casta de la casta", manifestó, refiriéndose a las decisiones del Gobierno y criticando la suspensión.
Por otro lado, Ezequiel Atauche, del bloque libertario, sostuvo que las PASO solo se usaron para legitimar a los "dueños de las lapiceras", en lugar de ofrecer una verdadera participación democrática.
En la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof expresó en varias ocasiones la necesidad de clarificar el futuro de las PASO nacionales para poder definir el cronograma electoral de la provincia. El gobernador se encuentra ante la posibilidad de desdoblar o no las elecciones provinciales, lo que genera aún más incertidumbre sobre el futuro político.
Así, la medida adoptada por el Senado tiene efectos no solo sobre el calendario electoral nacional, sino que también podría reconfigurar la dinámica política en las provincias, como es el caso de Buenos Aires, donde Kicillof tendrá que decidir qué hacer con las PASO locales.