

Este siniestro no es aislado, sino que refleja una realidad mucho más preocupante: el descontrol de la nocturnidad en zonas de Necochea, como Pinolandia, Avenida 2 y Avenida 10, que se transforman en verdaderos focos de riesgo cada fin de semana. La combinación de alcohol, drogas y la falta de medidas de control eficaces generan un cóctel peligroso que pone en peligro la vida de todos, tanto de los involucrados como de la comunidad en general.
El riesgo de la nocturnidad: Zonas críticas en la ciudad
La vida nocturna en Necochea ha creado una serie de problemas recurrentes, especialmente en áreas como Pinolandia, la Avenida 2 y la Avenida 10, donde la aglomeración de vehículos y personas, sumada a la circulación desmedida de motos, se ha convertido en un desafío para la seguridad. El accidente de este domingo, donde dos jóvenes salieron despedidos del vehículo, pudo haber sido mucho más grave si no hubiese sido por la rápida intervención de los equipos de emergencia. Pero la pregunta que queda en el aire es: ¿cuántas tragedias más deben ocurrir antes de que se tomen medidas efectivas?
Estas zonas, especialmente en las madrugadas, se transforman en escenarios de descontrol total. Los vehículos a alta velocidad, las motos realizando maniobras peligrosas y la circulación de conductores bajo los efectos de alcohol y otras sustancias están a la orden del día. Este tipo de situaciones deja claro que las estrategias de control actuales no son suficientes para frenar el caos que reina cada fin de semana.
Estrategias insuficientes: Falta de recursos y planificación
Las autoridades locales enfrentan un problema complejo. Aunque se realizan operativos de control, la falta de recursos, como móviles y personal capacitado, y la ausencia de una planificación estratégica más efectiva dejan a las zonas de mayor riesgo prácticamente desprotegidas. Las estrategias de control actuales, aunque necesarias, no logran abarcar toda la magnitud del problema. En lugares como Pinolandia y las avenidas cercanas, el flujo de personas y vehículos es tan alto que se hace casi imposible garantizar la seguridad con los recursos disponibles.
La falta de efectivos y patrulleros en turnos nocturnos agrava aún más la situación. La presencia policial, aunque se esfuerzan por controlar el desorden, no es suficiente para hacer frente a la magnitud de la nocturnidad desbordada. La planificación de los controles y la coordinación entre las fuerzas de seguridad deben ser más estratégicas y focalizadas para poder neutralizar este tipo de desmanes, especialmente en puntos como la Avenida 10, Avenida 2 y Pinolandia, donde el riesgo es mayor debido a la concentración de bares, boliches y el consumo desmedido de alcohol.
¿Será necesario esperar más tragedias?
Este accidente debería servir como un llamado urgente a las autoridades locales. Las zonas de Pinolandia, Avenida 2 y Avenida 10 necesitan más que controles puntuales. Es imperativo contar con más recursos, con patrullajes más intensivos y una planificación estratégica que contemple las características específicas de estos lugares, donde la combinación de bares, motos y consumo de sustancias genera una mezcla peligrosa.
Mientras tanto, la pregunta sigue siendo la misma: ¿Hasta cuándo los vecinos y visitantes de Necochea tendrán que lamentar más tragedias por la falta de un control adecuado?
Es necesario un enfoque más proactivo y organizado por parte de las autoridades, que involucre no solo a la policía, sino también a otras instituciones que puedan colaborar para evitar que este descontrol continúe. La seguridad de todos está en juego, y la intervención debe ser más firme y efectiva para prevenir más tragedias en las calles de Necochea.