

Este hecho judicial ocurre en paralelo con otra situación relevante en la causa: el teléfono celular de Cerfoglio. El dispositivo, un iPhone de última generación, sigue bloqueado por dos sistemas de seguridad, clave y Face ID. En un principio, Cerfoglio se negó a entregar la clave para desbloquear el teléfono, pero luego aceptó colaborar. Sin embargo, su presencia es indispensable para realizar la apertura del dispositivo, ya que las partes involucradas en el proceso judicial (fiscalía, defensa y familia de la víctima) deben estar presentes durante la maniobra. El procedimiento tenía una fecha prevista pero debío quedar en suspenso ya que Cerflogio "alegó" problemas de salud.
El femicidio y la solicitud de arresto domiciliario
El crimen ocurrió el 1° de diciembre de 2023, cuando Cerfoglio y su esposa, Magalí Vera, protagonizaron una fuerte discusión en una fiesta de casamiento. Tras el conflicto, ambos se retiraron del evento y viajaron hacia Necochea en el vehículo de la pareja. En la madrugada del 1° de diciembre, Cerfoglio detuvo el auto en la intersección de las calles 50 y 53, donde atacó violentamente a Magalí. Luego, la subió al auto y la llevó hasta el río Quequén, donde la arrojó al agua, causando su muerte por ahogamiento. El cuerpo de Magalí fue encontrado horas después por personal de Prefectura.
Cerfoglio fue arrestado en la misma madrugada, tras haber llamado a su padre para contarle lo sucedido, y permaneció detenido desde ese momento. A pesar de la magnitud del crimen, el imputado solicitó el arresto domiciliario, una medida que fue rechazada por la justicia de Necochea, en sintonía con la oposición de la Fiscalía.
El teléfono celular como clave en la investigación
Uno de los elementos clave en la investigación es el teléfono celular de Cerfoglio. Tras varios intentos fallidos para desbloquear el dispositivo, la Fiscalía solicitó una nueva audiencia para proceder con la apertura del teléfono, la cual aún no ha sido concretada. El acceso a este teléfono se considera fundamental, ya que podría contener pruebas que ayuden a esclarecer los detalles del crimen, incluidos los mensajes y registros previos al ataque.