

Milei arribó a Bahía Blanca poco después de las 8 de la mañana, tras despegar de Aeroparque a las 6:30. Acompañado por su hermana y secretaria general, Karina Milei, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, el presidente se trasladó en camioneta hasta el Centro de Monitoreo de la ciudad, donde fue recibido por el intendente Federico Susbielles. En este lugar, Milei escuchó un informe detallado sobre los daños y las tareas de asistencia.
El presidente continuó su recorrido visitando la planta potabilizadora de ABSA y luego inspeccionó las obras de construcción de un puente militar sobre el Canal Maldonado, una de las zonas más afectadas por la inundación. Allí, observó los trabajos del Ejército Argentino, que estaba instalando la estructura para restablecer la conectividad en las zonas aisladas.
Sin embargo, la visita fue criticada por su falta de anuncios y por no atender a los vecinos ni a la prensa. A pesar de la grave situación, el presidente no dejó compromisos claros sobre la ayuda económica o la reconstrucción de la ciudad.
Antes de la visita de Milei, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner había lanzado duras críticas hacia él, acusándolo de una desconexión emocional con las víctimas de la tragedia. “Hay que poner voluntad y, sobre todo, plata. Porque no sirve solo poner la cara para la tele, hay que poner la cara y la billetera para reconstruir Bahía Blanca”, había expresado, en lo que fue una chicana política antes del viaje.
El presidente regresó a Buenos Aires luego de tres horas de visita, sin haber dado declaraciones a la prensa ni interactuado con los afectados. Mientras tanto, Bahía Blanca sigue luchando por superar los efectos devastadores de la tormenta.