lunes 21 de abril de 2025 - Edición Nº3123

Policiales | 17 mar 2025

la calle de nadie

Descontrol y odio en Necochea: la creciente ola de violencia deja un saldo preocupante

La violencia extrema, desde los hechos delictivos hasta los discursos de odio en redes sociales, parecen haber ganado terreno en Necochea. El último fin de semana, con episodios violentos en la vía pública, el deporte y la nocturnidad, refleja una alarmante normalización de los conflictos resueltos a los golpes, poniendo en riesgo la vida de las personas.


Necochea está viviendo un momento de creciente descontrol y violencia extrema. La situación en las últimas semanas parece haber escalado sin freno, desde los hechos delictivos en la vía pública hasta los ataques violentos en eventos sociales y deportivos. La forma de resolver los conflictos parece haberse transformado, cada vez más, en una cuestión de golpes y agresiones, arriesgando incluso la vida de las personas. La falta de intervención policial, la ausencia de medidas efectivas de concientización por parte de las autoridades y la sensación de desamparo entre los vecinos están alimentando una ola de violencia que no muestra signos de disminuir.

El fin de semana pasado, tres hechos violentos sacudieron Necochea, reflejando esta alarmante realidad. En la madrugada del domingo, frente al boliche My Life, un violento altercado entre dos chicas terminó con ambas tiradas en el suelo, mientras un grupo de personas, sin control alguno, se sumaba a la pelea. Las imágenes de la pelea, que fueron grabadas por los presentes, muestran una brutalidad y un desinterés por detener el conflicto. La escena terminó con una de las jóvenes siendo trasladada al Hospital Emilio Ferreyra con lesiones. Sin embargo, lo más alarmante no fue la pelea en sí, sino que My Life es un boliche con una larga trayectoria en este tipo de incidentes. Vecinos de la zona ya han expresado su preocupación, señalando que “hasta que no maten a alguien, no termina”.

Este tipo de violencia parece haber calado hondo en diversos ámbitos, como también se evidenció en el fútbol femenino. Durante un partido entre el Club Quilmes de Necochea y el Club Palermo, una jugadora de Quilmes, Lourdes Lizaso, fue golpeada brutalmente por una rival, quien le propinó un puñetazo y luego la pateó en la cabeza cuando ya se encontraba en el suelo. Este hecho, que también fue difundido en redes sociales, es un claro ejemplo de la descomposición de las relaciones deportivas y el aumento de agresiones físicas sin ningún tipo de control. La agresora Jennifer Torres fue excluida de los torneos organizados por el Club Newell's Old Boys, pero la violencia sigue vigente como un fenómeno preocupante.

Compañeras de Lourdes esperando que le den el alta en el hospital

Por si fuera poco, un tercer hecho de violencia ocurrió en Quequén, cuando un menor de edad fue apuñalado en plena vía pública en la madrugada del domingo. La víctima, un joven que fue atacado por otro menor con un arma blanca, sigue luchando por su vida en el Hospital Emilio Ferreyra. El hecho es de una gravedad alarmante, especialmente cuando se considera que tanto la víctima como el agresor tienen antecedentes delictivos, pese a su corta edad.

Foto: Estafanía Dray

Lo que une estos episodios es el clima de descontrol que se vive en la ciudad y el distrito. La creciente ola de violencia, alimentada por los raíd delictivos, los discursos de odio en redes sociales y la falta de respuesta contundente de las autoridades, está llevando a muchos a creer que la única forma de resolver los conflictos es a los golpes. Los vecinos de Necochea expresan una creciente preocupación, con muchos de ellos hablando de un sistema de justicia ineficaz y de un ambiente donde la seguridad parece estar fuera de control.

La falta de presencia policial en los puntos clave, la escasa intervención en los eventos de violencia y la sensación de desamparo de los ciudadanos están dejando claro que se necesita una respuesta inmediata. No se trata solo de un problema de seguridad, sino de una crisis de valores y un llamado a recuperar el sentido común de convivencia. Necochea no puede seguir viviendo bajo el flagelo de la violencia sin tomar medidas efectivas y urgentes para frenar este espiral destructivo.

Es hora de que las autoridades tomen cartas en el asunto, no solo desde el punto de vista policial, sino también a través de campañas de concientización, fortalecimiento de valores y restauración de la paz social en la ciudad. La violencia no puede seguir siendo la respuesta a los problemas.

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