

Por: Lucila Merzario
En Necochea, al igual que en todo el país, la tarde del 24 de marzo estuvo marcada por una movilización histórica. Bajo el lema “Si los sueños de los 30.000 siguen pendientes, la lucha sigue vigente”, convocada por el Colectivo por la Memoria, la ciudad vivió una jornada de reflexión, música, arte y compromiso. Una numerosa cantidad de personas se concentraron en el Paseo de la Memoria para rendir homenaje a los desaparecidos locales y nacionales, con discursos emocionados de familiares de víctimas, agrupaciones políticas y jóvenes artistas comprometidos con la defensa de los derechos humanos.
En las participaciones se destacó la importancia de recordar y visibilizar el genocidio perpetrado por la dictadura, que operó durante 2.818 días, bajo cuatro presidentes: Videla, Viola, Galtieri y Bignone. En este contexto, se remarcó que la memoria histórica es una herramienta esencial para que estos crímenes no se repitan. La movilización también trajo al presente la denuncia contra los avances del negacionismo, particularmente en sectores de la derecha política que minimizan o niegan los crímenes de la dictadura, y sus intentos por deslegitimar las políticas de derechos humanos del gobierno actual.
“El Nunca Más es una consigna que nos compromete a todos”, se escuchó en la plaza. Y es que el olvido no es una opción frente a la magnitud de lo ocurrido. La dictadura, que costó la vida de miles de personas, también representó el despojo de derechos fundamentales. En esos años, Argentina vivió una brutal represión que incluyó secuestros, torturas, desapariciones forzadas y asesinatos. La deuda histórica del país con las víctimas sigue vigente: los crímenes continúan impunes y los responsables, muchos de ellos, siguen en libertad o bajo cómodos arrestos domiciliarios.
Además, el 24 de marzo de 1976, comenzó un proceso de desindustrialización en el país que dejó a más de 20.000 fábricas cerradas y una inflación del 517.000%. La dictadura también estatizó la deuda de grandes empresas, entre ellas el Grupo Macri, Techint, Fiat, Ford y City Bank, lo que dejó un saldo económico desastroso. Durante este período, se prohibieron más de 200 canciones y 600 libros, y se persiguió a artistas, periodistas y ciudadanos que se oponían al régimen.
La movilización en Necochea no solo fue un acto simbólico de homenaje, sino también una clara muestra de resistencia frente a las políticas de olvido, odio y desinformación. El Paseo de la Memoria se llenó de pancartas, pañuelos blancos, remeras y carteles con las consignas que reclaman justicia. También se vivieron momentos de arte en la vía pública, con la participación de jóvenes que cantaron, gritaron y expresaron su postura frente al genocidio.
En el cierre de la jornada se escucharon los nombres de los desaparecidos nacidos en Necochea, reafirmando que no se olvida a aquellos que fueron secuestrados, torturados y asesinados por el terrorismo de Estado. En cada rostro, se reflejaba la lucha incansable por la verdad.
Uno de los puntos más sensibles de la jornada fue la denuncia contra los sectores de la derecha que hoy en día continúan negando los crímenes de la dictadura. En este sentido, se hizo referencia al peligro que representan las políticas negacionistas que buscan reinterpretar los hechos del pasado, minimizando las atrocidades cometidas. “Si quieren "memoria completa", que digan qué hicieron con los bebés nacidos en cautiverio y con los desaparecidos”, expresaron desde el micrófono.
El discurso negacionista, que crece en algunos sectores políticos, pretende instalar la teoría del conflicto armado y de restar legitimidad a la lucha de los organismos de derechos humanos, como las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
Ante esta situación, el pueblo de Necochea reiteró su compromiso con la memoria histórica, con la denuncia de los crímenes de la dictadura y con el Nunca Más.
Sin distinciones partidarias, en defensa de la memoria histórica, la lucha incansable por la justicia y el reconocimiento de las víctimas de la dictadura. El Nunca Más no solo es un grito, sino una acción concreta, una postura ética que debe mantenerse firme ante los intentos de revisionismo y olvido que nos acechan. En Necochea, como en otras partes del país, esa memoria sigue viva en cada marcha, en cada pañuelo blanco, en cada mural y en cada voz que se levanta. La Plaza fue un reflejo palpable de la conciencia social que se resiste a la indiferencia.
En un contexto donde los avances de la derecha negacionista continúan tratando de reescribir la historia, es más necesario que nunca recordar que la democracia y los derechos humanos son principios que deben ser defendidos por todos. Porque quienes niegan la historia, como lo hemos visto a lo largo de nuestra lucha, a menudo repiten sus horrores. La memoria, lejos de ser un ancla que nos atrapa, es el viento que nos impulsa a construir un futuro más justo, equitativo y libre de represión. Decir Nunca Más es afirmar que la historia no se olvida, que la justicia no se negocia, y que la dignidad humana es irrenunciable.