

El acto, que se llevó a cabo en el Espacio Cultural debido a las condiciones climáticas, comenzó con la colocación de una ofrenda floral frente al monolito de la Plaza América, en homenaje a José Luis Suárez, un vecino de San Cayetano que fue víctima de la desaparición forzada durante la dictadura. Este monolito es un símbolo de la lucha por la memoria y la justicia en el distrito.
La docente Selva Prados fue la encargada de realizar una reflexión sobre la fecha. En sus palabras, expresó: "Han pasado casi 5 décadas y sigue presente el dolor por los que no están, sigue la búsqueda, continúan las preguntas, las posturas enfrentadas". Sin embargo, agregó que el tiempo ha enseñado que, a pesar de los errores y aciertos, "la Democracia, con sus virtudes y desafíos, sigue siendo la forma de gobierno que debemos cuidar y respetar".
Prados enfatizó que la democracia brinda el espacio para el ejercicio del derecho al disenso, pero destacó que este derecho nunca debe ser resuelto a través de la violencia. "Mientras haya memoria, habrá pueblos vivos y fuertes", afirmó, subrayando la importancia de tener una memoria colectiva para evitar que los errores del pasado se repitan. Finalmente, recordó que "la patria libre y soberana necesita que nos comprometamos con la memoria, la verdad, la solidaridad y la justicia", invitando a todos a construir, con esfuerzo común, la nación soñada por los argentinos.
El acto cerró con una presentación musical a cargo de Luis Garro, coordinador del taller de guitarra y ukelele de la Dirección de Cultura. Junto a sus alumnos, interpretaron las canciones "Cinco siglos igual" y "Todos juntos", un emotivo cierre para un acto que reflejó el compromiso de San Cayetano con los derechos humanos y la justicia.