

Los especialistas señalan que el fenómeno se intensificó a partir de 2004, cuando la extensión de la escollera sur de Necochea alteró el equilibrio natural del sistema costero. Esta modificación cambió las corrientes marinas y aceleró el desgaste del perfil de playa, generando un retroceso mucho más rápido que el registrado en las décadas anteriores.
El problema no es nuevo. Ya en 1995, la Municipalidad debió clausurar el camino costero a la altura de Bahía de los Vientos e implementar un desvío por la calle 504, ante el peligro de derrumbe de las barrancas. Hoy, la erosión compromete seriamente el sector frente al complejo Quequén Chico y el peñón de la Rosa Mística, donde se colocan cordones de tierra para garantizar la circulación de vehículos hacia Costa Bonita.
Las soluciones requieren obras de gran envergadura. Entre las propuestas, los expertos mencionan defensas costeras, refulado de arena y un plan integral con estudios técnicos y monitoreo permanente. Años atras alla por el 2022 la Comisión de Medio Ambiente del Concejo Deliberante de Necochea se remarcó la importancia de proteger la cadena de médanos de Necochea, Quequén y Los Ángeles.
En ese entonces el geólogo Juan José Isla advirtió que “se está perdiendo patrimonio provincial como las zonas de recreación, playas y balnearios”. Según sus proyecciones, en Quequén el retroceso podría alcanzar entre 40 y 70 metros en las próximas décadas.
Vecinos y automovilistas coinciden en que el camino costero se vuelve cada vez más angosto e inseguro. “Antes podías sobrepasar a otro vehículo, ahora es imposible”, comentó un conductor. Sin carteles de advertencia ni señalización preventiva, el riesgo de derrumbes y accidentes aumenta a diario.
Foto Ecos Diarios
La erosión en Quequén afecta tanto a quienes viven cerca del mar como al turismo, principal motor económico de la región. La situación exige coordinación entre municipio, Provincia y Nación, aunque este último ha frenado toda la obra pública. La problemática necesita tanto de la decisión política y como de la participación ciudadana para frenar el avance del mar.