En agosto del 2012, cuando en la provincia gobernaba Daniel Scioli, el entonces concejal Luciano Lescano desde su banca cuestionó el nombramiento del excomisario Hector Giglio frente a la Departamental de la Policía.

En aquel momento el militante del Movimiento Evita llamó la atención del accionar de la policía tras una de una denuncia por operativos policiales en el barrio San Martín: "nosotros como movimiento no compartimos la designación de Giglio, por eso si ocurre algún caso de mano dura o gatillo fácil la responsabilidad será el Giglio”. Agregó también que le informarían al ministro de seguridad Ricardo Casal sobre el hecho y "recordarle que el jefe policial estuvo implicado en el caso de homicidio del joven Saúl Canessa, del que luego resultó sobreseído", denunció Lescano. 

Ocho años después, el intendente local Arturo Rojas designó  en diciembre a Hector Giglio como Coordinador de Políticas Públicas de Seguridad y Lescano volvió a advertir la situación. "Sin dudas un nombramiento que volvemos a rechazar y que va en contra de las políticas de seguridad de nuestro gobierno nacional.
Y la seguridad sigue sin aparecer en Necochea".

Agregó que critican "la participación en el asesinato de Saul Canessa, primer caso de violencia institucional que se recuerde desde el retorno de la democracia en nuestra ciudad. Resabios del terrorismo de estado durante la última dictadura cívico militar que sufrimos hasta nuestros días". 

Por su parte, el militante de derechos humanos, "Cali" Del Prado, un sobreviviente de las torturas del terrorismo de Estado también cuestionó la designación de Giglio. En una publicación en sus redes sociales, criticó a Rojas por convocar al policía "seriamente sospechado de participar en el asesinato de Saul Canessa".  Agregó irónicamente que se trata de una "coherencia" en el intendente ya que "protegió al torturador Bicarelli, junto con sus aliados radicales, evitando que se lo declare persona no grata". 

Caso Canessa

Saul fue un necochense que se destacó como ajedrecista y su vida terminó como uno de los casos de asesinatos por represión policial más renombrado en los 90's.

La primera versión de su muerte contaba que el viernes 21 de junio de 1992 fue detenido luego de chocar supuestamente con su moto, lo creyeron ebrio porque estaba mareado por el golpe. Recibió atención médica recién 10 horas más tarde, y fue trasladado de urgencia del Hospital de Necochea hasta el Hospital Interzonal General de Agudos de Mar del Plata, sin historia clínica, sin ropa y sin ningún familiar que lo acompañara. Cuando ingreso al nosocomio su estado era gravísimo ya que presentaba fractura de cráneo con perdida de masa encefálica. Agonizó por dos días y falleció el 23 de junio.

Su madre, Mónica Comanschi, comenzó a sospechar de un caso de apremios ilegales cuando vio cómo la policía le sacaba las huellas digitales al cadáver de su hijo en pleno velorio, le llamó la atención de que eso no lo hubieran echo en el momento de su detención.

Luego de esto testigos declararon como vieron que la policía lo esposaba y lo metían de una patada dentro del vehículo, y como en vez de dirigirse a la comisaría que solo quedaba a dos cuadras, lo trasladaron en dirección a la playa, lugar en el que precisamente fue torturado quemándolo con cigarrillos y golpeado hasta provocarle una fractura craneana. Inmediatamente fue llevado a los golpes, esposado y arrojado al pasillo de la comisaría. Después de dos días de agonía y pedidos de auxilio, llegó el médico penitenciario, quien lo hace sacar de la celda con los camilleros y apenas lo toca con el pie pide su traslado a los mencionados nosocomios.

La segunda autopsia que se realiza el 14 de mayo de  1997 donde se visualizo una lesión hemorrágica en el muslo derecho (cara anterior y posterior), en la rodilla izquierda y una fractura de 3 cm en la fosa media cerebral.

En 1996, cinco oficiales de la Policía Bonaerense y dos médicos fueron detenidos ayer por su vinculación con la muerte de Saúl Alejandro Canessa de 23 años en junio de 1992:  Según la nómina difundida en aquel momento por la Unidad Regional IV de Policía se trataba del comisario Jorge Berro el subcomisario Jorge Pereyra el oficial principal Héctor Giglio el oficial inspector David Posse y los médicos Jorge Donato Domínguez Gustavo Ferraro y Luis Cavallotti quienes se desempeñaban en el Hospital Municipal de Necochea

Finalmente en la actualidad se encuentran detenidos el oficial David Posse y los suboficiales Daniel Castro y Renato Pequi. También por la causa fue juzgado el Dr. HéCtor Pando, el médico de la comisaría por abandono de persona y falsedad ideológica. En noviembre del 2001 Pando fue condenado a cuatro años de prisión, cinco años de inhabilitación para ejercer la medicina y ocho para ocupar cargos públicos.