Por: Juliana Orihuela, activista y ambientalista

Sin duda el cambio climático es un tema que genera mucho interés en la sociedad contemporánea y es por ese motivo que se fundó el grupo internacional Fridays for future.

De la mano de Greta Thunberg, la nueva estrella en el firmamento de la lucha contra el calentamiento global, esta joven tenía 16 años cuando en Agosto de 2018 dejó de ir a la escuela, todos los viernes, para sentarse a las afueras del parlamento de su país para exigirle a las autoridades que empezaran a cumplir con los acuerdos internacionales firmados, y a reducir las emisiones de CO2 (dióxido de carbono).

 

Empezó sola y hoy son millones de voluntades que se movilizan todos los viernes, en todo el mundo, para clamar por un cambio de paradigma y lograr un futuro para la humanidad.

 

El cambio climático es un problema global y de esto dio cuenta la reunión que ocurrió en nuestra ciudad, entre miembras de FFF (Fridays for future) de Venecia (Elia) y de Necochea (Lis y Juliana). En ese mágico encuentro en un rinconcito de la costa atlántica, mujeres con los mismos reclamos, pero diferentes edades y culturas, se encuentran, se abrazan, se apoyan, y sobre todo hablan, charlan, comparten y ponen en la mesa estrategias interesantes para tratar de quebrar paradigmas, para encontrar discursos disruptivos que permitan llegar a más voluntades.

 

Los problemas de Venecia y los Necochea en un punto parecen ser los mismos: consumismo, turismo, mal manejo de la basura, corrupción...

 

Una de las estrategias más atractivas para intentar, desde la acción y el pensamiento, desarticular lo establecido y empezar a hacer activamente es un plan en tres pasos, propuesto por Greta y su amigo científico George Monbiot que consiste en: Proteger, Reparar y Financiar. Y lo que hay que entender, ya, es que solo la naturaleza podrá salvar a la humanidad. Si los pronósticos de la ciencia son acertados, es probable que una de las especies que se extinga, entre tantas otras, sea la nuestra. (https://www.youtube.com/watch?v=-nXbrIA-Rug).

 

Y hay una tecnología increíble, única, ecológica, al alcance de nuestras manos y se llama: ÁRBOL.

 

Es por eso que es tan importante:

Proteger: todo lo que podemos salvar de la naturaleza, cualquier parte de la naturaleza que aún no este dañada; detener el uso de combustibles fósiles, abandonar, como práctica, el extractivismo, el fracking. Pero el desafío es enorme pues para lograr este cambio de paradigma se necesita cambiar el funcionamiento de nuestras industrias, nuestro turismo que fomenta el uso de aviones, barcos y vehículos, como se produce el alimento, la industria textil es una de las más contaminantes… y así todos los aspectos de la existencia humana sobre la Tierra.

 

Reparar: Este concepto exige creatividad, pues hay que repensarlo todo y tratar de reparar todo lo que ya ha sido dañado. ¿Cómo? La soberanía alimentaria sería una forma, volviendo a poner las manos en la tierra, plantar, abandonando el uso de agrotóxicos, promoviendo huertas orgánicas para todo el mundo. Separando residuos y haciendo compostaje se repara muchísimo ya que así podemos devolverle a la tierra nutrientes y darle vida.

Para reparar es importantísima la educación ambiental, para tomar conciencia de cómo podemos contribuir a frenar este desastre.

 

¿Y cómo vamos a financiarlo? Las industrias extractivistas son de las que más subsidios estatales reciben. ¿Porqué no está siendo usado ese dinero de todxs en reparar el planeta?

¿Somos concientes como ciudadanxs de qué industrian financia el Estado con nuestros impuestos?

Y sin duda, dejando de comprar cosas que no necesitamos. Todos esos productos que podemos comprar en shoppings y grandes comercios: envases que contienen productos que no son lo que dicen: no hay alimento en los paquetes de comida que nos venden, no hay , que son tóxicos, que son contaminantes para nuestra salud. Y vamos a empezar a comprar a los productores y mercados locales generando una economía circular, alimentando cadenas pequeñas de economías sustentables.

 

Es evidente que la propuesta es muy ambiciosa y no necesariamente fácil de llevar adelante. Elia plantea algunos de los problemas con los que se enfrenta en su ciudad natal: Venecia, destino soñado de millones de persona en todo el mundo y como contraparte, esos grandes cruceros que transitan las islas y las destruyen y contaminan al mismo tiempo.

 

Y cuando empezaron a hablar de esto eran 10 personas, ahora son más de 50 que todos los viernes protestan y reclaman frente a sus autoridades por acción para mitigar el cambio climático.

 

En Necochea Lis participa desde hace mucho tiempo en actividades y agrupaciones que trabajan por el medio ambiente y Juliana es parte del colectivo vecinal “Playa sin motores”. Con el grupo de Viernesxelfuturonecochea se juntan todos los viernes, en general en el Anfiteatro. Desde que están trabajando han brindado charlas de concientización e información,  han participado de eventos relacionados con el medio ambiente y colaborado con instituciones como la Cruz Roja Argentina en la separación de residuos orgánicos del último campamento nacional que tuvo lugar en el Camping Scouts.

 

La basura es siempre protagonista de estas charlas y una de las principales preocupaciones de Viernesxelfuturo Necochea. En este punto, las tres coinciden. Casi no se practica la separación de residuos y la basura es quemada o depositada en basurales a cielo abierto.  En Argentina hay 5000.  Elia comenta que hay organizaciones de vecinos que se encargan de juntar material orgánico para llevar a determinadas islas donde se produce gran cantidad de verdura y fruta orgánica, contribuyendo como abono para la tierra y como proyecto de lograr la soberanía alimentaria en un lugar donde prácticamente no hay tierra para sembrar.

 

Desde la orilla de la isla donde vive una como desde el campo donde viven otras el paisaje en el horizonte es el mismo: el humo negro del basural…

 

Y como soñar de momento sigue siendo gratis, y convertirse en voluntarix y ser agente del cambio es muy fácil, estas mujeres sueñan con cerrar basurales, impulsando rellenos sanitarios a los que no llegue nada más que aquello que no puede ser reciclado, rehusado de ninguna otra forma. Lo orgánico debería volver a la tierra, el compostaje a domicilio podría ser una hermosa práctica ciudadana que favorecería a reducir el problema actual de los residuos y la contaminación que generan, además de daño a la fauna que los rodea. Y para cumplir sus sueños y trabajar cada día para mitigar el cambio climático, los planes en Necochea son profundizar el trabajo en escuelas, seguir compartiendo información como la existencia de 100 puntos de recolección de la fundación Todo para Ellos en Necochea, o como el emprendimiento Necológica que se está ocupando de las colillas de cigarrillos, y tantos otros más que trabajan activamente para mejorar y sanear nuestro entorno. Compromiso costero lleva tres años consecutivos trabajando sobre el área del Caño, donde se instala la problemática de los residuos cloacales, y así…  Junto a instituciones, voluntarixs, activistas, siempre pensando cómo avanzar hacia un futuro más verde.

 

Elia sigue su viaje camino a Bariloche, precisamente a Maiten donde se realizará el Campamento contra el terricidio organizado por las mujeres indígenas, donde se encontrará con sus compañerxs de “Contra los cruceros” y “Fridays for future Venece”. Una nueva red se ha tejido. Fridays for future es un movimiento enorme, inclusivx, vivx, en crecimiento.

 

Y todos los viernes, en Necochea-Quequén, se juntan, piensan, estudian, leen, comparten información, entusiasmo, dudas. Está todo por hacerse, y la inspiración se encuentra siempre en el arte, en documentales australianos como “2040” donde las energías renovables,  el Feminismo, y la Economía Circular y siempre local, junto con la creatividad, y la empatía son la clave para lograr, juntxs, que exista un futuro para nuestras crianzas.