La interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Cristina Caamaño, presentó este miércoles ante la justicia federal de la ciudad de Mar del Plata una denuncia por el espionaje realizado a las familias de los 44 tripulantes que fallecieron dentro del submarino, que regresaba desde la distante Ushuaia hasta su apostadero habitual cuando desapareció, en noviembre de 2017.

En un documento, Caamaño -que lleva adelante otras denuncias por espionajes a un gran arco de figuras en este país- subraya que 'las tareas ventiladas no se encuentran ordenadas ni autorizadas por ningún magistrado; sólo fueron dispuestas por las autoridades del organismo que hoy se encuentra intervenido'.

En la AFI se encontraron en soportes digitales en su delegación de Mar del Plata registros con seguimientos a las manifestaciones que se llevaron adelante en la ciudad bonaerense por parte de los familiares durante las tareas de búsqueda y rescate del sumergible.

Con fechados de entre enero y junio de 2018, los archivos muestran seguimientos sistemáticos y fotografías tomadas frente a la Base Naval de Mar del Plata o durante otras actividades realizadas.

'El material acompañado demuestra que la Agencia Federal de Inteligencia hizo inteligencia sobre familiares, amigos y allegados de los tripulantes del ARA San Juan, y ello por el solo hecho de pertenecer al colectivo de familiares de las víctimas del hundimiento', agrega el escrito.

Por otro lado, la titular de la AFI precisó en su denuncia que 'queda claro que los familiares de las víctimas no pertenecen a grupos terroristas y/o de criminalidad organizada, y menos aún que las tareas de inteligencia llevadas a cabo cuentan con algún tipo de venia jurisdiccional. La Agencia no tenía –y menos aún hoy tiene- competencias para realizar este tipo de tareas'.

Muchas dudas quedan sobre el caso del sumergible que dentro de 55 días cumplirá tres años de que fuera encontrado por pedazos a 800 metros de profundidad, donde comenzó la búsqueda aquel triste mes de noviembre de 2017, a 41 kilómetros donde se presume que hubo una implosión.

En la memoria colectiva están latente las repetidas imágenes de unos desesperados familiares que esperaron largos días y noches con la esperanza de que sus seres queridos aparecieran con vida.

Fuente: Página12

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