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Deportes | 27 nov 2020

El nacimiento del mito

Yorno, el necochense que pudo cumplir el sueño de jugar con Maradona

En el cierre de su carrera deportiva, el arquero fue compañero del ícono popular en el plantel del Boca Juniors en 1995.


Fueron 14 meses los que Marcelo Arturo Yorno vivió en Boca Juniors, el club de sus amores. Corría el año 1995 y pese a disputar 4 partidos, el arquero necochense cumplía un sueño, no solo por estar en una de las instituciones más importantes del país y el mundo, sino principalmente por compartir vestuario con el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos; Diego Armando Maradona.

“Cada vez que enfrenté a Boca quise jugar el mejor partido de mi vida para que Boca se fijara en mí. Cuando fui a Boca tenía 34 años, por eso repito que fue la frutilla del postre. Yo jugué en el club del que soy hincha y con Diego Maradona. Eso es para pocos”, aseguró tiempo atrás Yorno durante una entrevista con “ConectadosXBoca”, programa transmitido por Cadena Xeneize.

El fallecimiento del ícono popular no pasó desapercibido para el necochense, quien, según indicó a NdeN un familiar directo, se encontraba muy angustiado por el fallecimiento de Maradona, quien fue velado ayer en la Casa Rosada.

En aquella entrevista, el exarquero que logró notoriedad tras su labor en Estudiantes de la Plata, rememoraba lo que había sido un sueño: “Estuve 14 meses y disputé solo cuatro partidos, la gente no se debe ni acordar de mí. Pero cumplí el sueño del pibe porque soy hincha de Boca. Fue la frutilla del postre de mi carrera”.

Cabe recordar que Yorno debutó en el arco xeneize el 9 de diciembre del 95, reemplazando nada más y nada menos que a Carlos “el mono” Navarro Montoya, durante el partido contra su exequipo, Estudiantes de la Plata.

Al club grande de la Argentina fue llevado bajo la gestión del presidente Antonio Alegre y el técnico Silvio Marzolini. “Interiormente creo que si hubiese tenido más posibilidades de demostrar mis condiciones hubiese atajado mucho tiempo, pero las cosas no sucedieron así. Yo le decía al Mono que me preste un poco el arco de Boca. Me decía que no, porque le iba a ser difícil volver a atajar. Nos reíamos con eso”, concluyó quien fue el único necochense que logró compartir un campo de juego con la máxima estrella del fútbol mundial.

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