COYUNTURA POLÍTICA
Opinión de un necochense sobre el gobierno y su "ofensiva histórica" hacia los movimientos sociales
En todo el mundo existe la desocupación, pero no en todo el mundo existe el movimiento piquetero o de la llamada Economía Popular, tal como lo conocemos en el país. Sobre condiciones objetivas de empobrecimiento y desempleo, al sur de ese mundo, grupos de activistas lograron organizarse, darse métodos con sentido de lucha e instalarse en la escena pública y política argentina. Desde hace años, los distintos gobiernos se debaten en el dilema de qué hacer con esta experiencia organizativa que se desarrolla sobre las ruinas del empleo y el trabajo. La foto de miles de familias acampando sobre la Avenida 9 de Julio inquieta a quien toque sentarse en el sillón de Rivadavia, sea progresista, de derecha o libertario. Los pobres molestan y más aún si se organizan. A trazo grueso podemos decir que hay dos formas de resolver este fenómeno: generando millones de puestos de trabajo “genuino” y canalizando la problemática actual a partir del desarrollo industrial, o desarticulando, vía represión y ajuste, a las organizaciones territoriales que ostentan la representación del sector. El gobierno de Milei pareciera decidido en la segunda de las opciones. Por Nicolás Salas, periodista necochense para la agencia de noticias ANRED.